Recuerdo que siempre me ha gustado la fotografía. Desde pequeña me sentía atraída por las cámaras. Así que, a pesar de que intuía que profesionalmente me inclinaría por el mundo audiovisual, estudié el grado en Publicidad y Relaciones Públicas porque consideraba que me iba a formar en estrategias comunicativas, de planificación y sociales, frente al enfoque más técnico que se me presentaban en un grado audiovisual.

Entiendo la comunicación audiovisual como una rama dentro de la publicidad, ya que cuando se graba o edita un vídeo, hay una intención detrás y esa intención busca generar algo en el espectador, al igual que la publicidad. Para mí el camino pasaba por empezar por lo global, para luego especializarme, y así, me gradué en Publicidad y Relaciones Públicas y luego realicé un Máster en Dirección de Cine.

Estoy muy contenta de haber estudiado Publicidad y Relaciones Públicas porque todo lo que aprendí lo aplico profesionalmente en mi día a día y el grado se alineaba mucho con mi manera de entender la comunicación. Además, es una carrera creativa, que no te encasilla en un rol en particular y que tiene multitud de salidas laborales.

La carrera fue un pilar fundamental para mí, pues me daba una estabilidad que necesitaba en una época en la que se estaban dando muchos cambios en mi vida personal. Para mí, estudiar una carrera universitaria no se basó exclusivamente en estudiar temas y sacar buenas notas, sino que también entraban en juego la motivación, el socializar, el tener una rutina, etc. 

Cuando escogí la USJ para formarme, el plan de estudios del grado fue decisivo. Personalmente me fijé en que cubriera un amplio abanico de asignaturas, que estuviera actualizado y para mí era un plus que tuviera la opción de hacer prácticas y cursar un Erasmus.

Me acuerdo especialmente de los profesores Greta Fernández y Manuel Viñas. De Greta, por su energía y la pasión que ponía en todas las clases. Se divertía y nos hacía divertirnos, y cuando pasan los años y echas la vista atrás, esos son los momentos que recuerdas con más cariño. Por otro lado, las clases que más me acercaron al mundo publicitario fueron las de Manuel Viñas. Además, su seguimiento en el trabajo final de grado fue esencial, pues nos animó a mi compañera Isabel y a mí a seguir con nuestro enfoque creativo.

De hecho, una de mis grandes anécdotas en la USJ fue cuando Isabel y yo terminamos la presentación del trabajo final, y ella cantó y tocó con la guitarra una canción que habíamos compuesto al tribunal como agradecimiento. Cuando lo recuerdo, a veces pienso “¿En qué momento se nos ocurrió hacer eso?”, pero la verdad es que fue un momentazo. 

Otro de los grandes recuerdos que tengo de mi etapa universitaria fue la beca Erasmus que me permitió cursar tercero en Nantes. Aprender bien francés era un reto personal que me había marcado, así que Francia era mi primera opción. Nantes no fue el primer destino que elegí, ¡pero hoy en día me alegro! Fui afortunada de vivir en esa ciudad francesa, porque es muy acogedora y se me hizo fácil conocer a otros estudiantes, sobre todo franceses.

En el Erasmus te lo pasas muy bien, pero a veces también se hace duro. Sales de tu área de confort y enfrentas tus miedos, y es que no queda otra, estas en otro país y te tienes que sacar las castañas del fuego tú solo.

Al año siguiente, durante cuarto de carrera, hice prácticas en el departamento de redacción (o creativo) de la Cámara de Comercio de Zaragoza. Fue una experiencia de la que aprendí mucho, y establecí los cimientos de mi carrera profesional. Trabajar en contacto directo con los encargados de las áreas de Marketing, Redacción y Audiovisual reafirmó que mi carrera se inclinaría hacia el cine una vez me graduara porque aún sentía especial curiosidad por este sector.

Después estudié un máster en Dirección de Cine en Madrid, donde creé mi red de contactos, empecé a trabajar como creativa freelance y dirigí algunos de los proyectos que me han abierto las puertas a trabajar en grandes empresas.

A finales de 2020, me fui a París y comencé a trabajar en la agencia Jellysmack como editora de vídeos. Mis clientes eran YouTubers de varias nacionalidades, principalmente de Londres, París y EE. UU, y yo me encargaba de adaptar sus vídeos de YouTube a Facebook para hacer crecer sus audiencias en esta plataforma. Por otro lado, ajustaba otros elementos gráficos a la línea creativa de cada creador y del contenido de cada uno de sus vídeos.

Entonces, el covid estaba a la orden del día, así que tuve que hacerme al teletrabajo, algo nuevo para mí. Estaba acostumbrada a estar rodeada de gente en rodajes y al principio fue complicado estar en casa con el ordenador y socializar a través de la pantalla.

Después, empecé a trabajar en la agencia Voodoo.io como Marketing Artist, creando publicidad móvil de videojuegos. Contando con una gran libertad creativa, creaba anuncios con diferentes gráficos para luego testearlos y compartir en los móviles de usuarios los que habían tenido mejores resultados.

Gracias a estas ofertas laborales pude conocer la perspectiva profesional francesa, usar el francés en un nuevo contexto y reforzar mi propósito de aprender bien el idioma.

En octubre cerré mi etapa en Francia y me mudé a Londres, donde empecé a trabajar en META, concretamente en la plataforma Facebook. La productora audiovisual que me respalda y a través de la que he conseguido este trabajo es Dreamtek, una productora que ofrece soluciones audiovisuales, enfocada a la producción de proyectos audiovisuales.

Como Associate Producer soy la representante del programa PACE (Production, Application, Coaching and Education) en EMEA (Europe, Middle East and Asia). Se trata de un sistema que ofrece coaching a “partners” para la producción de sus propios vídeos. Por otro lado, también participo en la producción de rodajes en el estudio. 

Disfrutar trabajando es algo que personalmente me motiva mucho y en el equipo hay una energía muy positiva.

Fuera del trabajo, lo que más me gusta hacer los fines de semana es ir a mercados. Aparte de los más conocidos como Notting Hill, Brick Lane, Spitalfields o Borough, me gusta ir a algunos menos turísticos como el de Brixton, Peckham o Islington.

La oferta creativa que hay en Londres es abrumadora. No solo laboralmente, porque tiene multitud de agencias y productoras, sino también porque siempre hay algo por descubrir, algún restaurante, exposición, evento…. Es difícil aburrirse. Me encanta caminar en el metro o en barrios como Shoreditch y dar con gente interesante.

Aun así, también echo de menos algunas cosas de España. Pasar las horas en una terraza con familiares o amigos es algo que me encanta de nuestra cultura. El “tomar algo” y que se te pasen las horas hablando, o el ir “a picar algo” y darte cuenta de que con la de tapas que te has comido ya has cenado.

A veces extraño la cercanía para llegar a los sitios, pero la tranquilidad no la echo tanto de menos, me gustan las ciudades movidas, salir de mi zona de confort, hacer actividades alternativas…

Zaragoza es la ciudad donde crecí y siempre le voy a tener mucho cariño, pero para mí es una etapa que forma parte de mi pasado. Volveré tanto como pueda, sobre todo para pasar tiempo con mis seres queridos, pero con el mundo que hay por conocer me imagino viviendo en muchos otros sitios antes que volviendo a mi ciudad natal. ¡Pero nunca se sabe!

Vivir en otro país supone afrontar retos constantemente, como trabajar en otros idiomas junto a gente con diversas trayectorias. Hay que hacer un esfuerzo extra para casi todo, pero, para mí, merece completamente la pena. Y como fan de Londres, vivir aquí me hace feliz. 

Me alegra ir reencontrándome con antiguos compañeros de Universidad en el camino, tanto en Zaragoza como en Madrid, París y Londres. Me gustaría mandarles un abrazo enorme.

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