Adrián Floría, egresado de CCAFD de la USJ que actualmente forma parte del Servicio de Actividades Deportivas y del Área de Estudiantes de la Universidad, fue renovado para seguir siendo el entrenador del equipo de Balonmano Schär Colores Zaragoza.

“Estoy muy agradecido. A veces es complicado dar oportunidades a gente joven en el deporte de rendimiento por la falta de experiencia, así que poder seguir trabajando por segundo año consecutivo tras la apuesta del año pasado es para estar muy contento”, afirma Adrián.

En su primera temporada al frente del equipo consiguieron quedar en tercera posición, con 17 victorias, 4 empates y 5 derrotas. Para él, una de las claves para lograr estos números fue “plantear una idea e intentar trabajar sobre ella en grupo, ajustando el modelo de juego a las diferentes jugadoras”.

Para la próxima temporada, el primer objetivo marcado es conseguir la misma confianza con la que afrontaron el año pasado el inicio de liga y lograr la misma ilusión por competir al máximo nivel en cada partido. “A partir de ahí, el objetivo es intentar estar lo más arriba posible en el mes de abril”, explica Adrián. Por otra parte, la ofensiva es una de las áreas que buscarán perfeccionar, pues todavía creen que existe margen de mejora.

Adrián comenzó a jugar a balonmano con 11 años en el patio de su colegio, El Buen Pastor. Después, pasó a Stadium Casablanca hasta que llegó a categoría sénior. Al mismo tiempo, con 15 años, empezó su etapa como entrenador en estos mismos equipos.

“El salto de jugador a entrenador fue bastante natural. Formo parte de la primera generación de jugadores de Balonmano Buen Pastor (actualmente Balonmano Torrero) y desde bien pronto los entrenadores nos ofrecieron echar una mano en los equipos de los más pequeños”, explica. “Poco a poco fuimos aprendiendo de grandes entrenadores y formadores como Javier Val y Carlos Gil, entre muchos otros, y compaginando la pista con los banquillos. En Stadium Casablanca tuve la suerte de coincidir con Michel Martin, de quien he aprendido mucho, dándome la oportunidad de formar parte del staff del equipo de Primera Nacional y trabajando en etapas posteriores también en Colores”, agrega.

Inevitablemente, el balonmano ha significado una parte muy importante de su vida que le ha dado la oportunidad de disfrutar de grandes experiencias. “Sobre todo me ha permitido conocer grandes personas por el camino, tanto compañeros como rivales. Por ejemplo, este curso tuve la suerte de compartir equipo técnico con Toño Cartón, uno de los profesores que marcó mi etapa universitaria y del que he aprendido muchísimo tanto en las aulas como en la pista”, cuenta.