Víctor Domínguez, egresado de Arquitectura de la USJ, comenzó sus estudios en plena crisis del 2008 en un sector tan azotado como el de la construcción. “Creo que eso nos marcó a toda la promoción a la hora de ver el futuro profesional y el de la profesión”, declara. Así pues, uno de los objetivos que siempre tuvo claro a lo largo de la carrera fue el de conseguir “una visión lo más amplia posible del mercado laboral” antes de encarar su trayectoria profesional.

Esta visión multidisciplinar de la arquitectura le ha acompañado a lo largo de los años y ha configurado su manera de entender la profesión. “El sector de la arquitectura está en un momento complejo y de grandes cambios, por lo que creo que es importante no entender la figura del arquitecto como se entendía en generaciones anteriores, sino como un perfil profesional multidisciplinar con capacidad de resiliencia y de adaptación a múltiples escenarios”, declara.

Como esta idea ya le acompañaba en sus primeros años de estudiante, aprovechó su paso por la USJ para realizar prácticas en diferentes sectores con el objetivo de conocer diversos perfiles y salidas laborales. En la primera mitad del grado adquirió experiencia en el desarrollo de proyectos de arquitectura, en la segunda mitad descubrió el ámbito del urbanismo y la investigación, y en el tramo final colaboró con Infozara, una empresa de software de Zaragoza. “Pude experimentar en un área que estaba a medio camino entre la tecnología y la arquitectura. Los proyectos estaban relacionados con el diseño y construcción de arquitecturas en la nube o el prototipado de herramientas digitales para la explotación de información geoespacial”, explica. “Esta fusión de disciplinas me entusiasma y, en cierto modo, ha marcado mi carrera”, añade.

Y es que, según afirma el egresado, esa formación multidisciplinar desarrollada durante el grado le permitió acceder al puesto en la Dirección General de Arquitectura del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana. “Me enteré de que estaban buscando un nuevo arquitecto que tuviese conocimientos en el ámbito tecnológico y tuve la suerte de conseguir el contrato”, recuerda. Esto ocurrió en noviembre de 2019 y el verano pasado firmó la renovación.

Víctor realiza funciones de asesoramiento y coordinación técnica en el equipo ejecutivo que está al frente de varios proyectos que pronto verán la luz y que buscan promover y difundir la arquitectura española a nivel nacional e internacional. “El objetivo es acercar la arquitectura a toda la ciudadanía, poniendo en valor nuestro entorno construido. La arquitectura es una disciplina en la que solemos hablar mucho para nosotros mismos y resulta necesario crear nuevas vías de comunicación con las que llegar al público general”, declara el alumni de la USJ.

Al poco tiempo de llegar a Madrid para formar parte de la Dirección General de Arquitectura, le ofrecieron la oportunidad de entrar en Tash & Partners. “Tash ya era una empresa internacional consolidada en diferentes países, sobre todo en Latinoamérica, y en 2019 se creó la firma Tash & Partners para actuar en España”, explica. Víctor recuerda que, a pesar de que tan solo llevaba dos semanas en la Dirección General, no quería desaprovechar ninguna de las oportunidades, por lo que eligió compatibilizar ambas actividades.

En Tash, es arquitecto en el equipo de la oficina de Madrid, participando en el desarrollo de proyectos nacionales e internacionales de arquitectura residencial, hospitalaria y hotelera. “Lo que más me gusta de los proyectos es la transversalidad de todos ellos y cómo se retroalimentan entre sí”, afirma. Entre los proyectos que recuerda con mayor cariño, está la construcción de un nuevo hospital de Bogotá. “Ha sido muy gratificante ver cómo funciona y se organiza desde dentro un proyecto de estas dimensiones. Seguramente un hospital es de las obras más complejas de proyectar, y las metodologías de trabajo y estrategias a la hora de encarar el diseño arquitectónico son muy diferentes a las de otros proyectos”, explica el arquitecto.

Arquitectura en la USJ

Víctor Domínguez recuerda que, desde pequeño, ha tenido cierta vocación por la arquitectura. “Siempre me ha gustado eso de crear y trasladar las ideas a un plano. Además, en la arquitectura veía que podían confluir muchas de las cosas que a mí me provocaban interés, como el dibujo, la historia, la tecnología o las ciencias”, rememora.

Así pues, el grado en Arquitectura de la USJ se presentó como la mejor opción para formarse en esta área. “Fue una etapa intensa de mi vida, donde te curtes en todos los sentidos y conectas fuertemente con muchos compañeros, profesores y profesionales”, asegura Víctor. Para él, arquitectura es “una carrera larga y una montaña rusa emocional que puede ser dura en muchos momentos”. Sin embargo, también afirma que es “una formación muy vocacional” que llega a ser “altamente gratificante” cuando encuentras tu propio camino.

En esta búsqueda, Víctor menciona a los docentes como figuras que le marcaron a lo largo de toda la carrera. “Con Antonio Estepa y Santiago Elía siempre he tenido un trato muy cercano y sentí su apoyo constante; con Ana Ruiz no solo compartí tiempo en el aula, sino también experiencia y relación profesional; con Ángel B. Comeras guardo una gran amistad; y a Javier Álvarez tuve la suerte de tenerlo como tutor y disfrutar de cómo transmite su pasión por enseñar en todo momento”, menciona.

Víctor asegura que lo que más valora de su paso por la USJ es que no solo le formaron como arquitecto, sino que le dieron la posibilidad “de ver la profesión desde prismas diferentes” y le aportaron “los recursos necesarios para descubrirlos”.