La doctoranda en Ciencias de la Salud de la Universidad San Jorge Mónica Sanz del Pozo ha sido reconocida con la beca de apoyo a la investigación clínica en urología de la AUNAR (Asociación Urológica Navarro-Aragonesa).

El proyecto de investigación presentado para solicitar esta beca forma parte de su tesis doctoral y cuenta con la colaboración del grupo de investigación INDIVO de la USJ, grupo reconocido por el Gobierno de Aragón. INDIVO surge en el contexto de un equipo multidisciplinar, en el que profesionales de diferentes áreas biomédicas colaboran en un mismo proyecto estratégico en el ámbito de la investigación que impulsan la generación de nuevo conocimiento en inmunopatogenia, desarrollo y control de enfermedades autoinmunes, oncovigilancia urológica y cuidados en salud.

Para ello, el grupo INDIVO pone en marcha proyectos que permiten mejorar dichas patologías, con la finalidad de conseguir un proceso diagnóstico más sencillo y rápido, así como una disminución de la mortalidad asociada a estas patologías, mejorando así la calidad de vida de los pacientes y de sus familiares.

Con este proyecto «pretendemos sentar las bases para en un futuro optimizar el protocolo de diagnóstico y seguimiento de las masas renales, analizando la asociación de la anhidrasa carbónica en sangre con el carcinoma de células renales», explica Mónica Sanz.

¿Cómo has recibido la noticia de tu beca?

Ha sido una sorpresa. Para mí es un honor haber recibido esta beca, ya que pone de manifiesto el interés de la comunidad urológica e investigadora por este tema. Además, el hecho de haberlo podido presentar de forma presencial en la Reunión de la AUNAR (Asociación Urológica Navarro Aragonesa), que tuvo lugar los días 19 y 20 de noviembre, supone una gran oportunidad para difundir este proyecto.

¿De qué manera surgió esta oportunidad?

Dos de mis directores de tesis, el doctor Sánchez Zalabardo, médico adjunto de Urología del Hospital Miguel Servet, y la doctora Berta Sáez Gutiérrez, rectora de la Universidad San Jorge, llevan años investigando el tema de la Anhidrasa Carbónica IX tanto en análisis inmunohistoquímico como sanguíneo, junto con otros doctorandos. Esta familiaridad e interés por el tema, nos llevó a continuar en esta línea.

¿En qué consiste el proyecto que vas a llevar a cabo?

Se trata de un estudio prospectivo en el que incluimos a los pacientes mayores de 18 años diagnosticados de masa renal que requieren intervención quirúrgica, ya sea nefrectomía radical o parcial. Previa entrega de consentimiento informado y documento de información al paciente, se le realiza una extracción de sangre en el preoperatorio. Las muestras son procesadas y almacenadas en el Servicio de Bioquímica de nuestro hospital hasta reclutar la cantidad de muestras necesarias para poder completar una gradilla de inmunoensayo mediante ELISA. Cada kit permite 96 determinaciones, por tanto 40 pacientes (realizándose dos veces el análisis del mismo paciente para minimizar errores).

¿Por qué te decidiste a investigar sobre el carcinoma de células renales?

Se trata del tercer tumor urológico en frecuencia en los varones y el segundo en mujeres, representando, además, el cáncer urológico más letal. Además, los propios urólogos tendemos a infraestimar este hecho ya que las etapas finales de esta enfermedad son atendidas principalmente por los especialistas en Urología. Esta realidad, ha hecho que quiera investigar sobre este tema.

Hay un par de aspectos que son determinantes: el diagnóstico tardío de este tipo de dolencias y la resistencia a la quimioterapia convencional. ¿Podrías explicarnos cómo afecta esta realidad a la investigación? 

El tumor renal, en estadios iniciales, es completamente asintomático: no duele y no tiene manifestaciones externas como sangrado en la orina, esto hace que el paciente no se dé cuenta de que lo padece. Afortunadamente, en la actualidad, estos tumores se diagnostican de forma accidental y generalmente de manera precoz al realizar una ecografía u otra prueba de imagen por otras patologías o dolencias.

En cuanto a la resistencia a la quimioterapia convencional, se debe a la expresión de glucoproteína P en el 80-90% de los tumores renales, una proteína que aporta resistencia a múltiples fármacos ya que los expulsa del medio intracelular.

Afortunadamente, sí se está avanzando en los últimos tiempos en desarrollar nuevas estrategias terapéuticas basadas en la inmunoterapia y los antiangiogénicos.

¿Cómo valoras la importancia de la investigación en este tipo de contextos?

La investigación es un pilar fundamental en el ejercicio de nuestra profesión, ya que nos permite avanzar y desarrollar herramientas para conseguir una mejor atención para nuestros pacientes, ya sea a nivel diagnóstico, terapéutico