La Universidad San Jorge y la Asociación Aragonesa de Familiares de Pacientes TCA han celebrado hoy una jornada sobre trastornos de la conducta alimentaria (TCA) en infancia y adolescencia en la que se ha compartido información y herramientas sobre este tipo de trastornos

Los trastornos de la conducta alimentaria han aumentado en torno a un 30%, se han visto potenciados por las redes sociales y el uso del teléfono móvil, en su recuperación la familia juega un papel fundamental y hasta en un 60% de los casos se consigue la recuperación total. Son algunos de los datos arrojados en la jornada sobre trastornos de la conducta alimentaria (TCA) en infancia y adolescencia que ha celebrado hoy la Universidad San Jorge y la Asociación Aragonesa de Familiares de Pacientes TCA (Arbada).

En ella, han participado Ana Isabel Calvo, psiquiatra UTCA de Inocencio Jiménez de Zaragoza, y Belén Barajas, psicóloga clínica UTCA de la sección de psiquiatría infanto-juvenil de Inocencio Jiménez. Además, la charla ha estado moderada por Pedro Manuel Ruiz, jefe de psiquiatría del Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa, quien ha afirmado que los TCA “suelen debutar en la adolescencia, por lo que la prevención es muy importante”. Además, ha compartido datos como que de media atienden unos 100 casos al año relacionados con este tipo de trastornos. Ana Isabel Calvo también ha manifestado que los casos han aumentado “en torno a un 30%”, que son “más severos y complejos” y que “la forma en la que se expresan los TCA en la actualidad es muy diferente a lo que se ha visto hasta ahora”.

Sobre su tratamiento, Pedro Manuel Ruiz ha destacado que se trata de “un trabajo muy completo en el que la psicoterapia es muy importante” porque “hay que trabajar cómo se manejan las emociones, los rasgos de personalidad, qué cosas mejorar, cómo aprovechar lo positivo y disminuir lo negativo, etc.”. Este procedimiento, ha explicado el jefe de psiquiatría, se realiza ya que, por ejemplo, “alguien con necesidad de control o autocontrol quizás tienda hacia la anorexia, y alguien con una personalidad más caótica lo hará hacia los trastornos por atracón o la bulimia”.

Trastornos de la conducta alimentaria, teléfonos móviles y redes sociales

En relación con las redes sociales y el uso del teléfono móvil, Belén Barajas ha declarado que “potencian los TCA” y ha aconsejado “no proporcionar móviles hasta los 12 años y realizar un control parental hasta los 16”, aunque también ha reconocido que “dependiendo de la edad, la prohibición del móvil puede crear aislamiento y precisamente en los TCA hay que evitar que el paciente se aísle”. Así pues, ha argumentado que “hay que hacerlo con cuidado” y, sobre todo, “hay que hablar con los jóvenes de lo que ven en las redes sociales porque su influencia les va a llegar de una manera u otra”.

En este sentido, Ana Isabel Calvo también ha añadido que “los filtros y las fotos editadas son agentes exponenciales desencadenantes de TCA” y ha compartido con Belén Barajas la idea de que los padres “tienen que supervisar”, pero intentando que “no sea un control abusivo”.

Prevención de los TCA

Pedro Manuel Ruiz ha destacado dos áreas sobre las que trabajar para prevenir los trastornos de la conducta alimentaria. Por un lado, “educar en la crítica a las pantallas” y, por otro lado, “trabajar con la disonancia cognitiva”, de modo que “si actúas de manera saludable, aunque tu mente en esos momentos no esté sana, se consigue que al final tus ideas sean saludables”.

Por su parte, Ana Isabel Calvo ha ido más allá de la propia enfermedad y ha puesto el foco en la responsabilidad social. “El problema de la sociedad actual es un narcicismo con un culto perverso al cuerpo. Se trata de un tema filosófico. En las escuelas se tendría que trabajar qué es la vida, más allá de la imagen y la exhibición del cuerpo”, ha opinado.

El papel de la familia y las amistades

Atendiendo a las preguntas del público, los expertos han dado pautas para tratar a amistades con trastornos de la conducta alimentaria. Belén Barajas ha aconsejado “no preguntar por la comida ni focalizarse en que confiesen sus síntomas o su enfermedad”, sino “acompañar, proponer quedar con ellos, preguntar qué tal están, etc.”. Por su parte, Pedro Manuel Ruiz ha agregado que se pueden transmitir mensajes sobre cómo se siente cada uno respecto a lo que le pasa al familiar o amigo. “Podemos decir «me preocupa cómo estás» o plantear la opción de pedir ayuda o hablar con alguien”, ha mencionado.

Asimismo, el jefe de psiquiatría ha declarado que “la familia es un elemento fundamental” y “un aliado en la recuperación”. Algo que también ha confirmado Ana Isabel Cavo, quien ha afirmado que la clave de la curación, especialmente en menores de edad, está en la familia. “Entre ellos y el equipo médico podemos ayudar. Habrá momentos en los que las cosas se pondrán difíciles, pero hay que seguir, porque siempre habrá un camino o una puerta que se abrirá para ayudar a los hijos e hijas”.

En este proceso hacia la recuperación, Belén Barajas ha transmitido que, según las estadísticas, “un 60% consigue una recuperación total, un 30% tiene alguna recaída y un 10% tiende a la cronicidad del trastorno”. Sin embargo, ha asegurado que, en consulta, según su experiencia, estas cifras son mayores.