La Universidad San Jorge participó ayer en la 65º aniversario de Manos Unidas donde presentaron la campaña ‘El efecto ser humano’. Esta iniciativa defiende que el hombre es el único capaz de revertir la situación de emergencia climática del planeta, cuyas consecuencias las sufren los más pobres.

Los alumnos de Periodismo de la Universidad San Jorge Nuria Rabadán y Miguel Gómez fueron los encargados de presentar este evento, donde se hizo entrega de 5 sellos a la solidaridad reconociendo la labor de diferentes entidades que con su trabajo apoyan de alguna manera la labor de la ONG.

La Universidad San Jorge fue una de las entidades reconocidas con este sello que, tal y como afirmó la rectora de la Universidad San Jorge, Silvia Carrascal, “nos hace especial ilusión por nuestro perfil social, nuestra vocación por ayudar a los demás y nuestro trabajo por construir una sociedad más justa y solidaria”.

A su vez, añadió que para la USJ “es fundamental formar ciudadanos comprometidos que asuman su responsabilidad social a través de una visión humanística y comprometida con nuestros valores e identidad”. Pero, “queremos hacerlo de una forma integral, formando a grandes profesionales y mejores personas”.

Asimismo, Silvia Carrascal quiso recalcar que “todos los que formamos parte del Grupo San Valero estamos convencidos del importante impacto que tiene nuestra colaboración en proyectos como el que hoy se presenta”. Ya que “resulta clave promover una educación que dé respuesta a las necesidades del mundo global formando a personas emprendedoras, cualificadas, creativas e innovadoras, capaces de resolver los problemas de la sociedad y, por qué no, de transformar el mundo”.

Durante este acto, presidido por Carlos Manuel Escribano, arzobispo y Gran Canciller de la Universidad San Jorge, se galardonó también a: Fundación Ibercaja, Fundación Enrique Esteve Ballet, Ebro Fm y Bequerul Fotografía.

Manos Unidas

Manos Unidas se propone el reto de alcanzar «un planeta sostenible, sin pobreza, hambre, ni desigualdad» es decir, una casa común en el que todos los seres humanos puedan vivir con dignidad.

Durante este año 2024, no se pretende abordar el cambio climático en general, sino poner de manifiesto una injusticia: cómo la desigualdad medioambiental afecta a millones de personas, sobre todo del sur del planeta, mermando sus derechos básicos.