Carlos Mayo es atleta profesional desde los 18 años, fue olímpico en los JJOO de Tokio de 2021, ha sido campeón de Europa y en octubre consiguió el récord de España de media maratón al correr los 21 kilómetros de la prueba en 59:39 minutos.

También es médico, ha conseguido una beca de la Universidad San Jorge para la formación de investigadores – que cuentan con la colaboración de la Fundación Banco Sabadell – y en octubre comenzó su doctorado en el grupo de investigación UNLOC de la USJ. Bajo la dirección del Investigador Principal del grupo, Luis Enrique Roche, Carlos va a investigar sobre factores biomecánicos que determinan la aparición de lesiones en el tríceps sural en corredores de larga distancia.

¿Cómo fueron tus inicios en el atletismo?

Yo comencé a estudiar Medicina en 2013 y al mismo tiempo empecé a destacar en atletismo. Cuando terminé el grado en 2019 ya tenía nivel suficiente para ir a unos Juegos Olímpicos. Los más próximos eran los de Tokio de 2020, aunque al final por el COVID fueron en 2021, así que, como estaban tan cerca, tomé la decisión de dedicarme al atletismo como mínimo hasta ser olímpico. Lo conseguí, pero mi ambición ha ido a más y he seguido dedicándome a esto.

Y ahora has decidido continuar formándote, esta vez estudiando un doctorado…

Sí. Ahora siento más curiosidad y tengo la necesidad de saber algo más. Es cierto que el atletismo te exige mucho y es un trabajo prácticamente a jornada completa, pero también hay épocas más relajadas en las que puedes dedicarte a otras cosas. Luis Enrique Roche ha sido mi biomecánico y podólogo, sobre todo estos últimos años que he tenido problemas en los pies. He estado muy en contacto con él y cuando me sugirió la posibilidad de empezar el doctorado con él y el grupo de investigación UNLOC no lo dudé.

Además, tu doctorado trata sobre aspectos relacionados con la biomecánica de corredores de larga distancia.

Sí, trata sobre factores biomecánicos que determinan la aparición de lesiones en el tríceps sural en corredores de larga distancia. Es decir, en la zona del gemelo. Al final es relacionar mis dos mundos: la medicina y el deporte. Como me decía Luis, es mejor que todo lo que hagamos vaya en la misma dirección porque avanzaremos más. Así que estoy encantado.

¿Crees que podrás aplicar algún aspecto de la investigación en ti mismo?

Seguro que sí. Todo factor biomecánico que veamos que puede terminar en la proyección de una lesión podría luego aplicarlo en mí mismo. Porque yo me voy a centrar en el tríceps, pero el resto del grupo de investigación estudia otras partes del cuerpo. Así que, si veo que mi técnica de carrera o mi manera de pisar puede determinar la aparición de una lesión, podré trabajarlo y centrarme en intentar corregirlo.

Durante la maratón de octubre de Valencia, ¿ibas a por el récord?

Es cierto que, inicialmente, no dices “voy a batir un récord”, pero, como todo en esta vida, lleva su evolución. En el maratón de Valencia de 2020 ya conseguí la segunda mejor marca de la historia. Después, en 2021, hice peor marca que el primer año, pero conseguí la tercera mejor de la historia. Así que, teniendo la segunda y la tercera mejor marca en las dos únicas medias maratones que había corrido, en esta tercera ocasión, el objetivo del récord era más realista. Al final tuve mi día, me encontré genial y lo conseguí.

En alguna ocasión has comentado que el primer kilómetro marca las sensaciones de toda la competición. ¿Qué es lo que lo hace tan decisivo?

Al final son muchas horas, muchos kilómetros y mucha experiencia, por lo que te conoces muy bien. Así que cuando sales en una carrera, enseguida sabes leer cómo te sientes. Es cierto que luego te puedes equivocar o puede ocurrir cualquier cosa, pero ese día, al ver el ritmo, mis sensaciones y sabiendo que estaba preparado porque tenía un buen entrenamiento detrás, supe que tenía buena pinta.

¿Ese primer kilómetro es más físico o psicológico?

Ambas. Hay veces que psicológicamente te encuentras muy bien porque vas muy motivado y las sensaciones son buenas, pero si no hay entrenamiento detrás, es imposible. A nivel psicológico ayuda mucho que te encuentres bien, pero siempre sabiendo que vas preparado.

Y si ese kilómetro sale mal, ¿cómo lo gestionas?

La carrera siempre tiene que ser positiva. Pase lo que pase hay que eliminar los pensamientos negativos en la medida de lo posible para que no te lastren. Hay que saber mantener la calma, relajarte, intentar llevar la mejor postura, una buena respiración, etc. En el propio día a día preparamos esto, porque hay veces que no te encuentras bien al principio de los entrenamientos, pero tienes que saber ser paciente y estar convencido de que te puedes recuperar.

¿Qué te aporta a ti la competición?

Al final yo entreno para competir. Me gusta la parte de entrenamiento y la disfruto, pero la adrenalina que tienes en competición es especial. Sabes que es para lo que has estado trabajando, así que el estado de concentración, euforia y éxtasis es total. Además, el día de competición es prácticamente el que menos sufres, en comparación con los entrenamientos, entonces darte cuenta de que estás volando, que estás yendo a velocidades increíbles y que estás sufriendo menos hace que lo disfrutes mucho más.

Se ha hablado mucho de las zapatillas con las que competiste en Valencia, unas Adidas Adizero Adios Pro Evo 1, las más ligeras de la historia con un peso de 138 gramos. ¿Cómo surgió esta oportunidad?

Yo llevo mucho tiempo con Adidas como marca deportiva, desde 2015 o 2016, aproximadamente. Además, sabían que era uno de los atletas con más nivel en cuanto a pruebas en ruta y conocían los resultados que había conseguido previamente, que me acercaba a conseguir el récord de España y que tenía visión de debutar en maratón. Por otro lado, Adidas a nivel global me seleccionó para grabar la campaña de promoción de la zapatilla en Londres. Así que unido el nivel que tengo a que había formado parte de la campaña, confiaron en mí para enviarme las únicas zapatillas de este modelo que iban a mandar a España. Se juntaron muchos factores y tuve esa suerte.

¿Realmente son diferentes?

Sí, desde el punto de vista del corredor, sin duda se nota el peso. ¡Es que pesan menos que una mandarina! Prácticamente es la mitad de lo que pesaban las anteriores, entonces, en una maratón o una media maratón, que das cientos de miles de pasos, se nota muchísimo. Además, lógicamente, también hay cambios en la tecnología que quizás nosotros no somos capaces de apreciar de manera tan directa y que seguramente influyen más que el peso, por ejemplo, con una suela que te devuelve todo el impacto que le das.

Fotografías: Sportmedia.