El arzobispo de Zaragoza, Carlos Manuel Escribano, ha presidido el XXVII encuentro de Centros Diocesanos, en esta ocasión, en las instalaciones de Centro San Valero

La jornada ha estado precedida por una presentación de buenas prácticas de la mano de cada uno de los centros. Acto seguido, ha tenido lugar una eucaristía que ha sido oficiada por el arzobispo Carlos Escribano y concelebrada por los consiliarios de los diferentes centros diocesanos de Zaragoza, en la recién estrenada capilla del Centro. 

A continuación, el salón de actos ha acogido el acto principal del encuentro,que ha contado con más de 100 asistentes: docentes, directivos y personal de los centros participantes, El Buen Pastor, Santo Domingo de Silos y Centro San Valero.

Después de la introducción de Rosa Bartolomé Ramos, directora titular de Centro San Valero, que ha dado la bienvenida a los asistentes, ha tomado la palabra José Luis Sampériz, director de El Buen Pastor, que ha sido el encargado de presentar al ponente, Antonio Roura, destacando lo interesante de su exposición por su importancia en el día a día del ejercicio de nuestra profesión. 

Antonio Roura ha impartido la conferencia “Algunas claves de la identidad católica de los colegios diocesanos: en qué nos la jugamos”, ha señalado que “estamos condicionados por el marketing: no es lo mismo comunicar para que te compren que para decir quién eres. Para ser significativos en la sociedad tenemos que ser nosotros mismos.” Roura ha puesto el foco en el cambio tan vertiginoso que estamos sufriendo en todos los aspectos de nuestras vidas, haciendo referencia a los desafíos actuales en momentos de incertidumbre y complejidad, “es necesario identificar las debilidades que tenemos para poder avanzar”.

Fernando Urdiola, director de Santo Domingo de Silos, ha sido el encargado de sintetizar en ocho puntos clave lo más significativo de la ponencia. Por último, el arzobispo de Zaragoza ha clausurado el acto, poniendo énfasis en que “tenemos que asumir los retos porque estos nos hacen crecer, tenemos que trabajar sin agobios, pero con constancia, madurar ideas y generar un laboratorio de comunión como docentes que somos”. 

Para finalizar la jornada, el personal de los distintos centros ha podido confraternizar en un ágape que ha tenido lugar en la sala Foro.