El antiguo alumno y actual periodista de sucesos en El Periódico de Aragón Luis M. Gabás ha impartido hoy la conferencia “Veinticuatro horas en la vida de un periodista de sucesos”, organizada por Cultura USJ en colaboración con el Festival Aragón Negro y presentada por el docente Jorge Miguel Rodríguez.

El periodista ha opinado que, para él, lo malo del periodismo de sucesos es “que no hay horario”, pues “no sabes cuándo va a suceder un crimen”. Sin embargo, también ha destacado que lo bueno es “que te permite conocer gente de todo tipo”, porque los crímenes suceden en todas las clases sociales.

Además, ha defendido que este tipo de periodismo “es el más auténtico” y “en el que menos posibilidades hay de que alguien se meta en el trabajo”, porque, generalmente, “no hay influencias políticas”. También ha destacado que “lo más bonito es encontrarte con gente que quiere contar las cosas” para cambiar una realidad.

Igualmente, Luis M. Gabás ha mencionado aquellos aspectos que han ido cambiando a lo largo del tiempo. “Hemos mejorado en que ahora tenemos más respeto. Ya no se revictimiza a la víctima, como ocurría en el pasado”, ha expuesto. Ahora bien, también ha criticado que, en la actualidad, “por la excesiva protección de los datos”, solo se cuenta “la información básica”, mientras que antes, a los periodistas, se les proporcionaba “la hora, el lugar, el sitio, quién había cometido el crimen, cómo había matado a las víctimas, etc.”.

A los alumnos les ha aconsejado no tener miedo si en algún momento se dedican al periodismo de sucesos. “Desde el respeto, siempre hay que pedir teléfonos. Es fundamental ganar fuentes y su confianza. Si alguien os cuenta algo y os pide que no lo saquéis, no lo hagáis por muy interesante o exclusiva que sea la información”, ha declarado.

Por otro lado, ha reconocido que la profesión le ha hecho “más frío” y no se emociona con los casos tristes, sino con aquellos protagonistas que “han dado la vuelta a una tragedia” y terminan siendo noticias felices. Aunque ha afirmado que, inevitablemente, se implica en todos los casos, también ha explicado que trata de poner “una barrera” para no posicionarse. “Para mí, ante un asesino, la imparcialidad no puede existir. Pero nuestro estado de derecho nos exige que esa persona sea sospechosa hasta el día que sea condenada”, ha argumentado.

Finalmente, ha argumentado que esta frialdad derivada de su oficio no está reñida con ser humanos y sensibles, ya que la información que transmiten “ayuda a personas, a la sociedad e intenta cambiar realidades difíciles”.