Las jornadas han sido organizadas por la Universidad San Jorge, a través del grado en Psicología y la Facultad de Ciencias de la Salud, y el Centro Pediátrico San Francisco

La depresión, la ansiedad y el trauma en adolescentes han sido los protagonistas de las segundas Jornadas sobre Salud Mental en Población Infanto-Juvenil organizadas por la Universidad San Jorge, a través del grado en Psicología y la Facultad de Ciencias de la Salud, y el Centro Pediátrico San Francisco.

Durante la apertura de las jornadas, Sira Repollés, consejera de Sanidad del Gobierno de Aragón; ha definido el encuentro como “oportuno y necesario” y ha destacado el movimiento creciente de sensibilización sobre salud mental. “Lo que seamos capaces de sembrar hoy será el futuro de las próximas generaciones”, ha afirmado.

Por su parte, Purificación Llaquet, subdirectora general de Cooperación Territorial e Innovación Educativa del Gobierno de España, ha asegurado que “desde el Ministerio de Educación se otorga especial importancia a los contenidos en educación emocional”, ya que las aulas son “un lugar privilegiado donde transmitir al alumnado que el bienestar emocional se consigue cuando se desarrollan las competencias emocionales y sociales para la vida y el bienestar”.

Berta Sáez, rectora de la Universidad San Jorge, ha declarado que, “si bien los problemas de salud mental están creciendo, también los tabúes sobre estas enfermedades se están superando”, aunque ha puntualizado que todavía queda camino por recorrer. “Por eso, para la USJ es tan importante seguir organizando foros de debate como este donde nos juntamos profesionales de diversas áreas para visibilizar y abordar la salud mental”, ha manifestado.

Finalmente, Ángel Lario, director del Centro Pediátrico San Francisco, se ha mostrado “preocupado” por “el crecimiento exponencial de las patologías mentales”. Por ello, ha afirmado que “estos foros son esenciales”.

Entender el trauma en la psicología: una ventana a una intervención eficaz

La primera mesa, moderada por Laura Zaurín, decana de la Facultad de Ciencias de la Salud de la USJ, ha versado sobre el trauma analizado desde diversos prismas: el abordaje del abuso sexual, las estrategias en crianza y educación para la prevención, y el impacto psicológico de los atentados terroristas.

En primer lugar, Santiago Pérez, psicólogo especialista en Psicología del Trauma, TEPT, Trastornos de Personalidad, Alta Dirección y Emergencias, y director de la Unidad de Psicología del Hospital HLA Montpellier y de la Clínica Millenium Sanitas, ha destacado que “no todo el mundo, ante el mismo acontecimiento, desarrolla un trauma”. En el caso de que se desarrolle, ocurre porque, ante un trauma, “se produce un estallido de cortisol que inhibe el hipocampo” provocando que “el recuerdo se quede vagando” originando que cuando tiempo después la persona se exponga a una situación parecida, la sintomatología será la misma.

En el caso de abuso sexual, ha afirmado que el efecto iceberg es muy grande y existen muchos más casos de lo que mencionan las estadísticas, ya que “la mayor parte de ellos se dan en el entorno familiar”. En este sentido, ha destacado “la necesidad de enseñar al niño qué es la intimidad y cuáles son los límites” y de “tratar y trabajar con las personas con deseos pedófilos”.

Además, ha explicado que, cuando el abuso sexual se da en la infancia, las posibilidades de “desarrollar psicopatologías de adultos serán mayores”, por ello, “se debe trabajar la prevención y el tratamiento en niños, para prevenir problemas de adultos”.  

Precisamente sobre prevención ha sido la temática sobre la que ha tratado la ponencia de Inmaculada Marco, vicepresidenta del Colegio de Enfermería de Zaragoza, quien ha tratado estrategias en crianza y educación para la prevención en Salud Mental. Ha mencionado tres niveles: la prevención primaria, que apoya, asesora y empodera a la población; la prevención secundaria, que detecta precozmente para ayudar lo antes posible; y la prevención terciaria, que interviene cuando ya se ha producido el daño para reparar y recuperar. Antes esta distinción, la ponente ha abogado por “abordar la prevención primaria” para que la población no llegue hasta el punto de necesitar la prevención terciaria, porque entonces “se desbordará y no habrá capacidad para resolver todo”.

La psicóloga presentó la teoría del apego y afirmó que “el tipo de apego y su calidad generará los modelos operativos internos, es decir, la guía que la persona tendrá sobre qué cabe esperar del mundo y cómo se auto percibirá”. También explicó que “el impacto de un vínculo defectuoso depende de la severidad” y que “aunque es un proceso largo, puede cambiarse”. Asimismo, presentó diferentes tipos de estilos de educación y avisó que no solo la negligencia y desprotección de los niños es perjudicial, sino que también lo es el exceso de vigilancia y sobreprotección porque “creará niños débiles” que no serán capaces de enfrentarse a experiencias adversas que todo el mundo va a vivir.

Finalmente, Inés Rodríguez, psicóloga y coordinadora del área Psico-social de la Asociación de Víctimas del Terrorismo, presentó el impacto psicológico de los atentados terroristas en población infanto-juvenil, explicando que es muy importante diferenciar las reacciones inmediatas tras el atentado de los trastornos psicológicos que permanecen tiempo después e interfiere en la vida diaria. “No hay que inhibir las primeras reacciones, porque son adaptativas y ayudarán a sobreponer el trauma. En su lugar, hay que atenderlas, porque el trabajo realizado en ese primer momento será determinante para que luego no se desarrollen patologías”.

La experta también aportó datos como que aproximadamente el 87% de los niños y adolescentes victimas de terrorismo se recuperan sin desarrollar trastornos psicopatológicos, que aquellos que son victimas directas tienen más riesgo de padecerlos o que aquellos expuestos continuamente a atentados (como aquellos que viven en países en conflicto) también tienen más prevalencia de desarrollar estrés postraumático.

Salud mental en la actualidad: las generaciones de cristal tras la pantalla

La segunda mesa ha tratado sobre la salud mental de los niños y jóvenes y ha estado moderada por Jesús Padilla, psicólogo del Centro Pediátrico San Francisco, coordinador del grupo de conducta autolesiva del Colegio Profesional de Psicología de Aragón, y cofundador de la asociación Liana para la prevención e intervención en suicidio.

José Vicente Martínez, doctor en Medicina y Cirugía, especialista en Neurocirugía y neurocirujano en el Hospital MAZ, ha presentado, desde un punto de vista biológico, cómo es el cerebro humano. “La adolescencia es un periodo crítico y vulnerable en el desarrollo hacia la edad adulta, durante el cual el cerebro puede sufrir los embates de múltiples factores que pueden condicionar su correcto desarrollo”, ha destacado. El doctor ha explicado que “la maduración de los circuitos neuronales durante la adolescencia depende de cómo se adapte el sistema nervioso a cambios ambientales, fisiológicos, experiencias, factores genéticos, epigenéticos, etc.”. Por ello, ha asegurado que “la mitad de los trastornos relacionados con la salud mental en la edad adulta hicieron su debut en la adolescencia”.

Posteriormente, Nuria Nuñez, psiquiatra infantil y juvenil en Ita salud mental Hospital Prisma, presentó la sintomatología depresiva en niños y adolescentes, afirmando que “la prevalencia de depresión en adolescentes se ha doblado en comparación con las cifras antes de la pandemia”. Además, ha explicado que, actualmente, los síntomas han cambiado y son inconsistentes, “pero no se deben subestimar porque no encaje con criterios conocidos”, ha avisado. Para abordar la depresión ha destacado que se debe “trabajar con las familias, realizar prevención en el colegio y en la sociedad, y tener mentalidad abierta a profesionales con nuevos enfoques y que apuestan por la coordinación interdisciplinar”.

Finalmente, Ana Notivoli, psicóloga infantil y juvenil, y coordinadora de unidad de neurodesarrollo en Centro Maternoinfantil Rosales y en el Centro Pediátrico San Francisco, ha explicado por qué a los jóvenes de la actualidad se le denomina la generación de la ansiedad. La experta ha expuesto que los adolescentes están influidos por factores como “la baja tolerancia a la frustración, la gran comparación que realizan en las redes sociales, la incertidumbre respecto al futuro, la normalización de ansiedades, lesiones, etc., y la huida del dolor para buscar el placer y la felicidad constantemente”. Igualmente, ha destacado que “los síntomas de la ansiedad son muy variados y no se presentan igual en todos los pacientes” y ha asegurado que uno de los métodos más efectivos para combatir la ansiedad es “enfrentarse al miedo”.

La intervención comunitaria como una estrategia necesaria para la prevención y el tratamiento psicológico de nuestra población infanto-juvenil

Por la tarde, la última mesa de las jornadas ha abordado la intervención comunitaria como una estrategia necesaria para la prevención y el tratamiento psicológico de la población infanto-juvenil. Ha estado moderada por Marta Guarch-Rubio, vicedecana del grado en Psicología de la USJ, y han participado Adrián Gimeno, director gerente del Instituto Aragonés Juventud; Sara González, psicóloga y psicoterapeuta familiar y de pareja de la Fundación Rey Ardid; Javier Mediel, coordinador general de la Asociación de Trastornos Depresivos de Aragón (AFDA) y miembro del Centro Comunitario de San Pablo, y José Manuel Granada, coordinador de Salud Mental de la Dirección General de Asistencia Sanitaria.

Todos ellos han compartido la impresión de que la gran demanda asistencial está desbordando los servicios, de modo que, aunque han reconocido la importancia de la prevención, el esfuerzo se está centrando en la intervención. Además, han explicado qué actuaciones llevan a cabo en cada una de sus instituciones, como programas que se ofrece a colegios o planes de fomento del empleo, la vivienda, el ocio, etc.

Las jornadas han concluido con la presentación del poemario “Obvio” por parte de Santiago Pérez Hernández.