Andrea Cortiñas, Arianna Cañete, Ione Gómez, Javier Acero, Silvia Tartaj y Victoria Bernal, alumnos de Traducción y Comunicación Intercultural, impartieron un seminario sobre lenguas extintas o en extinción, con motivo del Día internacional de la lengua materna, en el marco de la asignatura Lengua A (español) II.

La docente de la materia, Manuela Catalá, presentó esta ponencia como “un seminario especial en el que se invierten los papeles y los alumnos se convierten en ponentes”. Para comenzar, la profesora definió la lengua materna como “la primera lengua que aprende un ser humano en su infancia y que normalmente deviene su instrumento natural de pensamiento y comunicación”.

Presentó el proceso de oficialización del Día Internacional de la Lengua Materna por parte de la UNESCO y afirmó que esta organización trabaja para preservar “las diferencias de culturas e idiomas que fomentan la tolerancia y el respeto de los demás”. Así pues, en un mundo en el que “la diversidad lingüística se encuentra cada vez más amenazada”, resulta fundamental la protección de “las sociedades multilingües y multiculturales que existen a través de sus lenguas, con las que transmiten y preservan los conocimientos y las culturas tradicionales de manera sostenible”.

Victoria Bernal y Javier Acero estudiaron el navajo

Victoria Bernal y Javier Acero, alumnos de 1º, presentaron el navajo, una lengua hablada por 170.000 personas y asentada en Arizona, Nuevo México, Utah y Colorado.

Explicaron su fonología y gramática, que definieron como muy compleja. “Tiene 32 consonantes, cuatro vocales y se trata de una lengua tonal como el chino, por lo que existen diferentes combinaciones”, explicó Javier. El alumno expuso que el navajo “no tiene ni género ni número en el sustantivo, la mayor parte del peso de la oración recae sobre el verbo, no cuenta con adjetivos y tiene pocos sustantivos”.

Para transmitir la complejidad de la lengua, Javier puso ejemplos de la construcción y uso de las oraciones. Por ejemplo, explicó que, aunque, en general, se construyen siguiendo el orden sujeto, objeto, verbo, existen excepciones. “En el navajo se colocan primero los humanos, la luz o las divinidades. Así, la oración <<Pájaro niña picó>> sería erróneo. Lo correcto sería <<Niña pájaro picó>>, puesto que la niña, al ser una persona, tiene que ir primero”, expuso.

Victoria Bernal concluyó la presentación haciendo hincapié en “la pérdida de conocimiento sobre la región que provocaría la extinción del navajo”. En esta línea, compartió la cita del investigador German Freire, quien destacó que “con las lenguas indígenas, y más en concreto el navajo, desaparecen inevitablemente un conjunto de conocimientos ambientales, tecnologías, sociales, económicas o culturales que sus hablantes han acumulado y codificado a lo largo de milenios”.

Ione Gómez y Silvia Tartaj investigaron sobre el eyak

Las estudiantes de tercer curso Ione Gómez y Silvia Tartaj realizaron una investigación sobre el eyak, una lengua nativa de Alaska que se declaró extinta en 2008 y que forma parte de la familia de lenguas na-dené.

Presentaron las características de la lengua y fonología. “Se trata de una lengua aglutinante y polisintética, los sustantivos suelen ser invariables, los verbos toman afijos delante y detrás de ellos y siguen un orden general de sujeto, objeto y verbo”, explicó Ione Gómez.

Por su parte, Silvia Tartaj comentó que la lengua se extinguió con la muerte de la última hablante nativa, jefa de la nación eyak y última indígena eyak no mestiza. “En su desaparición progresiva influyó el creciente uso del inglés y la supresión de lenguas indígenas originales, así como la sustitución lingüística derivada de la invasión y presión de pueblos colindantes”, relató. Sin embargo, destacó que, sorprendentemente, en 2010 se conoció a un estudiante francés que comenzó a estudiar eyak a los 12 años “y que ahora es un hablante fluido de la lengua, traductor y profesor de eyak”.

Arianna Cañete y Andrea Cortiñas expusieron los resultados de su investigación sobre el yidiniy

Finalmente, Arianna Cañete y Andrea Cortiñas, alumnas de cuarto curso, realizaron una investigación sobre el yidiny, una lengua aborigen australiana que significa “tribu”.

Tras una presentación sobre la lengua y la cultura yidiny, pasaron a hacer un repaso de sus principales características lingüísticas, como la rica sintaxis y el orden de las oraciones. Destacaron algunas particularidades como la distinción entre vocales largas y cortas. “Es muy importante esta diferencia porque en algunas ocasiones la duración de la vocal marca la diferencia entre estar diciendo una palabra u otra completamente diferente”, apuntó Andrea.

Por su parte, Arianna expuso varias causas que originaron la pérdida progresiva de esta lengua. “La conquista europea de Australia y su urbanización hizo que las tribus se terminaran adaptando y abriendo a la nueva cultura y lengua. Al final, el inglés les permitía desempeñar nuevos trabajos, acceder a la educación europea e integrarse en el estilo de vida occidental. Se tuvieron que adaptar para poder sobrevivir”, declaró la alumna.

Sin embargo, esta extinción trae inevitablemente consecuencias negativas como la pérdida cultural, de identidad y de oportunidades. “Las tribus que permanecen unidas a sus raíces tienen beneficios derivados del sentimiento de pertenencia a una comunidad y pueden disfrutar de las oportunidades que conlleva el bilingüismo”, concluyó Andrea.