Siempre fui un entusiasta de los videojuegos. Recuerdo que desde mi infancia siempre han formado parte de mi vida. Me pasaba tardes jugando y simultáneamente imaginando mil historias diferentes. Mi entretenimiento era una combinación de mi propia imaginación y el mundo que el videojuego me mostraba.

Tal vez esa fue una de las grandes motivaciones que tuve cuando me hice adulto: estaba determinado en estudiar algo que me diera la oportunidad de desarrollar videojuegos y expresar esa imaginación. Por entonces, vi que la USJ tenía un grado en Diseño y Desarrollo de Videojuegos. No lo pensé dos veces, era una oportunidad perfecta.

En diciembre, pocos meses después de empezar la carrera, me di cuenta de lo mucho que me gustaba la programación y resolver problemas en C (¡doy gracias a Jorge Echeverría por ello!). No había visto nunca una asignatura en la que solucionar problemas se sentía como resolver puzles con todas las herramientas a tu disposición.

Empezaba a apasionarme por la ingeniería de software y las clases que más ilusión me hacían eran siempre conceptos relacionados fuertemente con la informática. Por ello, hice el salto al doble grado en Ingeniería Informática y Diseño y Desarrollo de Videojuegos. Seguía abierto a desarrollar videojuegos, pero me hacía ilusión pensar que así me abriría las puertas a otra industria más que me interesaba muchísimo.

Al inicio de mi segundo año, ya empecé a indagar en cómo podía encontrar unas prácticas donde pudiera demostrar todo lo que estaba aprendiendo. Ya estaba realizando proyectos por mi cuenta y me estaba haciendo todo un experto en hacer currículums para intentar llamar la atención a empresas.

Conseguía pruebas que las empresas me mandaban ocasionalmente, ya que la ratio de entrevista y aplicación era bajísima (recordemos que no tenía experiencia alguna y que estaba aplicando a empresas internacionales con miles de aplicantes). Aun así, recuerdo abrir Linkedin cada día para ver qué había.

Creo que en Europa no es tan común hacer prácticas en mitad de la carrera, por ello era muy difícil que un estudiante de tercer año consiguiera algo. Sin embargo, en mi tercer año (2019-2020) recibí entrevistas de empresas como American Express o Bloomberg on-site. Todas las dietas estaban pagadas, viaje, desplazamientos y estancia, no pensaba que se iban a esforzar tanto para contratar a gente de prácticas, pero realmente a las empresas top les gusta hacer este tipo de cosas para cazar talento.

Lamentablemente, ninguna de las dos oportunidades salió. Creo que mi falta de experiencia técnica en entrevistas fue un problema bastante claro. Necesitaba esforzarme todavía más. Después, el COVID llegó y mi sueño de conseguir unas prácticas en una empresa tecnológica internacional se convirtió en una tarea más difícil.

Mantener la motivación para seguir preparándome y seguir haciendo proyectos para cazar más entrevistas en este tipo de empresas fue muy difícil. Estaba claro que había dos piezas clave para conseguir un trabajo en un sitio como Google: proyectos interesantes y ser más fuerte técnicamente para pasar todas las entrevistas que te lanzaran.

En ese momento parecía algo imposible, todo el mundo quiere trabajar en empresas así.

A finales de mi tercer año, y con el desastre del COVID, conseguí una entrevista para Twilio Madrid. En alguna serie o película probablemente el personaje habría conseguido su objetivo en ese momento. Yo otra vez fallé en la última entrevista técnica, ¡me rompió el corazón!

Prácticamente solo saqué una conclusión: o me preparaba 100% en el verano para conseguir un trabajo que me gustara o no lo conseguiría. Así que pasé cada día al menos 4 horas estudiando algoritmos, estructuras de datos, diseño de sistemas, etc. a un nivel que fuera suficiente para conseguir un trabajo de prácticas en una empresa top.

Empezó de nuevo el ciclo de entrevistas para conseguir prácticas en verano de 2021. La empresa fintech Stripe me consideró, pero finalmente decidieron ir con otros candidatos más fuertes. Tras ello, volví a hacer entrevistas con Bloomberg. Recuerdo que esta vez llegué mucho más lejos, ya que pasé todas las entrevistas técnicas (dos entrevistas de programación y una de diseño de sistemas). Así que hicieron una última ronda con recursos humanos. Pensé: “Este es el momento, ¿no?”. Sentí que estaba preparado para conseguirlo. Pero, al final, decidieron que no era un candidato adecuado. Fallé una vez más. Me preparé mucho técnicamente, pero olvidé el apartado de venderte como el candidato perfecto a la empresa. Técnicas como SWOT habrían venido bien en el momento, pero me descuidé.

Estaba muy desmotivado y escuchaba a la gente de mi círculo decirme: “¡Aun eres muy joven y tu carrera está empezando, es normal!”. Yo no estaba de acuerdo, creía que era algo muy factible.

Tras recibir el email de Bloomberg rechazándome, a la mañana siguiente llegó un mensaje de alguien de Amazon ofreciéndome entrevistas de prácticas para 2022. Recuerdo no estar muy motivado, pero aun así estudié y me las preparé, superando los nervios y las decepciones de experiencias anteriores. Las hice, y a la semana siguiente, para mi sorpresa, me llegó una llamada de una recruiter de Amazon: “Queremos extenderte una oferta para que entres en Amazon como ingeniero de software en prácticas”. Por la alegría de ese momento todo mereció la pena.

Hice las prácticas con ellos durante el verano y les gusté hasta el punto de que querían que volviera a tiempo completo al año siguiente. Reconsideré también mis opciones, y mientras me preparaban la oferta, hice más entrevistas en empresas como Cloudflare y Meta.

Conseguí en las dos una oferta de trabajo, así que rechacé la oferta de Amazon. Primero, trabajé en Cloudflare de prácticas en el verano del 2022 en Lisboa antes de decidir si quería entrar en Meta (Londres). Fue una experiencia maravillosa en la que trabajé a distancia con un equipo de Estados Unidos desarrollando un producto que me hacía mucha ilusión. Lo sentía como algo mágico.

¡Me encantó Cloudflare! Así que rechacé ir a Londres para quedarme en Lisboa, ya que fue excepcional y motivador trabajar con equipos de todo el mundo para desarrollar tecnologías novedosas que hacían del internet un lugar más rápido, seguro y en el que sea fácil desarrollar productos que escalen a un tráfico de millones de usuarios.

Llevo ya 6 meses trabajando en Cloudflare a tiempo completo y trabajo en cosas con las que mi “yo” de hace años estaría increíblemente ilusionado.

Me alegra saber que, aun siendo rechazado múltiples veces, nunca me rendí. Es normal tener altibajos y pensar que no llegarás, pero es importante perseverar. Suena a tópico, pero sólo espero que esta historia pueda motivar a cualquier persona que esté preparándose y quiera conseguir sus objetivos.

En cuanto a vivir en Lisboa, ¡es una ciudad bastante diferente a Zaragoza, aunque estemos en la misma península! Hay bastantes cuestas. Si Google Maps te dice que tardas 10 minutos en llegar caminando, ¡debes añadir otros 10 más!

Los portugueses son gente muy acogedora y el país tiene un clima bastante agradable. No podría estar más contento viviendo aquí. Además, el pastel de nata es increíble, creo que se ha convertido en mi dulce favorito.

Recomiendo mucho que, si a alguien le aparece una oportunidad en Lisboa, no se lo piense dos veces.