Trabajo en el Instituto de Investigación Sanitaria de Aragón y desarrollo mi tesis sobre nuevos biomarcadores para enfermedades infecciosas. Gracias a los profesores de la USJ he descubierto una profesión que me apasiona.

¿A qué te dedicaste cuando terminaste el grado en Farmacia?

Cuando estaba acabando farmacia me ofrecieron trabajar como adjunta en una farmacia de Calatayud. Estuve trabajando allí durante dos años. Lo recuerdo con cariño porque tuve la oportunidad de regresar a casa con mi familia (yo soy de Calatayud), adquirí experiencia en oficina de farmacia e hice buenos amigos. Sin embargo, ese tiempo me sirvió para darme cuenta de lo que no quería, ese no era el camino que quería seguir a largo plazo. Motivada por el buen recuerdo que tenía de mi experiencia en laboratorio durante Farmacia, decidí realizar un cambio en mi vida. Mi objetivo era regresar al entorno de laboratorio, y pensé que la mejor manera de conseguirlo era haciendo un máster. Por ello, volví a Zaragoza y cursé el Máster en Biología Molecular y Celular en la Universidad de Zaragoza.

¿Por qué decidiste estudiar Bioinformática después?

En el entorno científico donde empezaba a desenvolverme gracias a mi Trabajo Fin de Máster, empecé a notar que la bioinformática era un tema recurrente y un campo profesional con amplias perspectivas de futuro. Vi el nuevo grado en Bioinformática de la USJ y desde el primer momento tuve claro que era la dirección que necesitaba seguir. Siempre he tenido un gran interés por las matemáticas y cualquier asignatura que requiera pensamiento y razonamiento, así que, viendo el plan de estudios, me terminé de convencer. En ese momento, acababa de terminar mi máster y estaba a punto de comenzar el doctorado, por lo que puede que no fuese el mejor momento para añadir más responsabilidades. Pero pensé: «si no es ahora, ¿cuándo?». Así que decidí lanzarme a esta nueva etapa académica.

Al terminar Bioinformática, ¿cuál fue tu primer trabajo?

Ya estaba trabajando mientras cursaba el grado en Bioinformática. En el verano de 2019, inicié mi trayectoria como investigadora en el Instituto de Investigación Sanitaria de Aragón (IIS Aragón). Desde entonces, he estado llevando a cabo mi tesis doctoral en el grupo de investigación Inmunoterapia, Inflamación y Cáncer (I2C), bajo la dirección de Julián Pardo y Eva Gálvez.

¿Sigues trabajando allí?

Sí, actualmente sigo contratada por el IIS Aragón y estoy realizando una estancia en el Instituto de Carboquímica, centro que pertenece al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Llevo trabajando en el IIS Aragón desde que comencé en 2019, excepto el año pasado, en 2023, que estuve contratada por el CSIC.

¿Cuáles son tus funciones?

Mis responsabilidades abarcan diversas tareas. A lo largo de estos años he desempeñado funciones de laboratorio, que implican la planificación de experimentos, ejecución de diferentes técnicas con diversos métodos instrumentales, interpretación de resultados y comunicación de avances. Desde que estudié bioinformática, mis actividades se han orientado al análisis de datos, desarrollo de algoritmos para automatizar el tratamiento de la información, aplicación de técnicas de inteligencia artificial como el machine learning…

¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?

Lo que más me gusta de mi trabajo es que es muy entretenido y un reto constante. Cada día es una nueva oportunidad para aprender y mejorar, lo cual es muy gratificante. Además, valoro enormemente la flexibilidad horaria y la posibilidad de viajar para presentar nuestros avances en congresos, tanto nacionales como internacionales.

¿Qué estás aprendiendo?

Durante estos años he adquirido habilidades en diversas técnicas de laboratorio, tales como cultivo microbiológico, utilización de modelos animales, ensayo de inmunoadsorción ligado a enzima (ELISA), citometría de flujo, cromatografía en capa fina y cromatografía líquida de alta resolución (HPLC). Actualmente, estoy inmersa en el aprendizaje de estadística aplicada a la investigación científica. Sin embargo, más allá de las habilidades técnicas, lo que destaco son las lecciones a nivel personal: la importancia de la constancia, la organización, la paciencia y la capacidad de relativizar, entendiendo que nada es tan crucial como pueda parecer en un principio.

¿Por qué decidiste realizar tu tesis doctoral?

Después de acabar mi Trabajo Fin de Máster, que lo realicé en el mismo grupo de investigación en el que trabajo actualmente, mis superiores me dieron la oportunidad de seguir colaborando con ellos para llevar a cabo la tesis doctoral. Yo me sentía realmente a gusto y había adquirido muchos conocimientos trabajando con ellos. Es por eso por lo que decidí quedarme en el grupo de investigación y emprender la aventura del doctorado con ellos.

¿De qué trata tu tesis?

Mi tesis aborda diversas líneas de investigación, todas enfocadas en el estudio de nuevos biomarcadores para enfermedades infecciosas. Una de estas líneas se centra en la aplicación de machine learning para desarrollar algoritmos de decisión, con el objetivo de mejorar las técnicas de diagnóstico y pronóstico en infecciones respiratorias, tales como la aspergilosis invasiva y el COVID-19.

¿Cómo está siendo compaginar la vida laboral con la realización de la tesis?

En mi caso, la vida laboral y la realización de la tesis están intrínsecamente ligadas. La mayor parte de mi jornada laboral se dedica a avanzar en mi investigación doctoral. Además, también realizo algunas tareas relacionadas con otros proyectos de investigación que no están directamente vinculados a mi tesis. Pero considero que cada experiencia y aprendizaje, ya sea en el laboratorio o fuera de él, contribuye de manera positiva a mi desarrollo académico.

Recuerdo que compaginar la vida laboral con la tesis y el grado en Bioinformática fue especialmente desafiante en su momento, fueron unos años intensos y agobiantes. Soy una de esas personas a las que el confinamiento les vino bien.

¿Cómo recuerdas tu paso por la USJ?

Mis recuerdos de la USJ son muy distintos en Farmacia y Bioinformática, probablemente debido al momento vital en el que cursé cada carrera. De Farmacia, tengo grabadas en la memoria muchas horas en la universidad: clases por la mañana y prácticas por la tarde. Fueron años de mucho estudio, pero también de mucha diversión. Durante ese tiempo, forjé las amistades que aún conservo hoy en día. En el caso de Bioinformática, aunque la cursé a distancia por estar trabajando, guardo recuerdos muy bonitos. Fue donde despertó mi interés por la programación (gracias a los profesores, que son excepcionales) y donde adquirí conocimientos que aplico en mi vida diaria.

¿Qué destacarías de la USJ?

Considero que la USJ es una universidad competente y completa. El campus y las instalaciones, en general, son muy nuevos, modernos y están muy bien equipados. Me hubiera gustado poder disfrutar más de los espacios comunes que han creado en los últimos años y de las actividades que hacen. Pero lo que más destacaría son las personas que trabajan en la universidad, especialmente los profesores. Gracias a los docentes de bioinformática he descubierto una profesión que me apasiona. Lo que más aprecio de la USJ es que, cuando tú muestras interés, los profesores realmente se preocupan por tu aprendizaje, ofreciendo tutorías y explicando las cosas tantas veces como sea necesario.