Durante el pasado mes de febrero los alumnos de segundo grado de Educación realizamos nuestras primeras prácticas curriculares en centros educativos. Además, a lo largo de estas dos semanas hemos realizado nuestra defensa oral, donde he podido ver la gran diversidad de centros y de docentes, así como la riqueza que ello conlleva.

La principal misión de estas primeras prácticas es la de observar. Si tienes suerte puede que te dejen impartir alguna clase, pero no es para nada el objetivo de las prácticas. Lo que se busca en este periodo es observar a un docente en su aula y en su entorno laboral, además de analizar los documentos que todo centro educativo debería tener, tales como el Proyecto Educativo de Centro, el Plan de Convivencia, el Plan de Atención a la diversidad, el Proyecto general anual o el Reglamento de régimen interno. Probablemente esta sea la parte más tediosa de la experiencia, probablemente no, seguro. Pero es algo necesario y cuando te encuentras en un aula por la mañana mientras estudias los documentos por la tarde te das cuenta de la importancia de éstos para el correcto funcionamiento del centro.

Fue una experiencia muy enriquecedora tanto a nivel académico como personal, a nivel académico te das cuenta que como más se aprende es haciendo, cada hora en un aula de los centros es como un mes en la universidad, es cierto que es vital aprender ciertos conocimientos teórico prácticos pero estar metido de lleno en la realidad educativa aporta una perspectiva totalmente diferente. Y finalmente a nivel personal, la labor del docente es una labor totalmente vocacional y para aquellos que tenemos vocación estas experiencias son las que nos aportan esa ilusión por continuar estudiando esta carrera.