Una de las metas que tenemos en los grados de Educación es que los estudiantes  pasen el mayor número de horas posibles en centros educativos junto a profesores, aprendiendo de la vida real del aula.

 

Pero no sólo es importante su desarrollo profesional, si no que queremos formar a profesionales íntegros, personas que se sientan capaces de transformar su entorno para bien, capaces de crear un impacto positivo en la comunidad.

 

Estos son varios testimonios de las prácticas voluntarias que nuestros alumnos de educación han realizado este semestre. Hemos preferido que sean ellos, de primera mano, quienes cuenten cómo han vivido la experiencia:

 

Ramón Ruiz, alumno:

 

“Durante este segundo cuatrimestre los alumnos de primero de Educación Primaria e infantil hemos estado realizando diversas prácticas extracurriculares, pero yo me voy a centrar en una que realicé hace unas pocas semanas junto a tres compañeros en las aulas de segundo de primaria del colegio Marianistas Bajo Aragón. Eran cinco días de prácticas en los cuales nuestra labor consistía en ayudar a las tutoras y a los niños a realizar el proyecto de una biblioteca en el aula.

Los niños debían buscar, con ayuda de portátiles, si los libros de los que disponían estaban registrados en la página web de “Ranopla” para poder organizarlos de una forma efectiva. Después los libros se organizarían en estanterías para tener una fácil accesibilidad.

No fue esa nuestra única labor, ya que en los días en los que estuvimos, los niños también tuvieron que redactar una historia para un concurso literario y unas fichas acerca de unos libros que ya se habían leído. Tareas en las que les apoyamos para las diferentes dificultades que les podían surgir.

Pasando de lo objetivo a lo subjetivo, fue una experiencia muy gratificante, hay mucha diferencia entre aprender teóricamente en el aula de la universidad (que también es muy importante) y vivirlo y experimentarlo en un aula de primaria, en la que te encuentras mano a mano con los tutores y los niños y vives los problemas a los que se tiene que enfrentar un profesor día a día; le das forma a toda aquella teoría que has escuchado en clase.

Por último debo decir, tanto por mí como en nombre de los compañeros que compartieron conmigo esta oportunidad, que son este tipo de prácticas las que refuerzan nuestra convicción, nuestra ilusión, de querer llegar a ser docentes y dedicar nuestra vida a los niños.

Irene Cuevas, alumna:

“Cualquier estudiante que vaya a desarrollar su trabajo con niños debería tener contacto con ellos desde el primer día. Esta ha sido una de las experiencias que hemos vivido estas semanas atrás, en base a unas prácticas realizadas en el colegio Bajo Aragón Marianistas de Zaragoza.

Hemos contribuido y formado parte del proyecto Design for Change de biblioteca, desarrollado por el centro y por los propios alumnos de segundo de primaria. Esta actividad, nos ha podido acercar al universo educativo, al manejo de las clases, los proyectos que se llevan a cabo, conocer más a los alumnos y sobre todo disfrutar de su compañía.

Ha sido una experiencia muy gratificante que sin duda creo que todo el mundo afincado en este campo de la educación, debería experimentar alguna vez. Nosotros la hemos disfrutado mucho y deseamos poder repetirla en nuevas oportunidades que nos brindan estas prácticas.”

 

Noé Pérez, alumno:

 

«Las prácticas ofrecidas por la universidad me han ayudado a disipar cualquier duda sobre si quiero que esta sea la profesión para toda mi vida. He podido tratar de primera mano con niños y manejar situaciones de control de aula. El trato que he recibido es inmejorable (tanto el de  los niños como el del personal de la universidad y colegio).»