El egresado Sergio Prades y el director del grado en Comunicación Audiovisual, Ignacio Lasierra, se reencuentran en el rodaje de “Rider”.

El egresado del grado en Comunicación Audiovisual Sergio Prades ha participado como meritorio de producción en Rider, la última película de Ignacio Estaregui, que se estrenó en salas el pasado viernes. El proyecto contó también con la participación de Ignacio Lasierra, cineasta, docente y director del grado, quien ejerció como primer ayudante de dirección.
Sergio Prades se incorporó al equipo gracias a la bolsa de prácticas de la universidad. “Nos ofrecieron la posibilidad de asistir al rodaje como meritorios y, al ver que se trataba de una película, que iban a ser varios días de rodaje y que, además, era precisamente en Zaragoza, no dudé en apuntarme”, comenta.
Prades nos confiesa que tuvo tareas muy diversas dentro del departamento de producción, que abarcaron desde la logística o catering, hasta la carga y descarga de material. “Las típicas labores de meritorio”, afirma entre risas. “Rodamos una película prácticamente en movimiento, por calles y carriles bici. Las funciones principales consistieron en cortar el tráfico, tanto de coches como de peatones, para que no entrasen en escena”.
“Rider narra la historia de una repartidora que, en una noche trabajando por las calles de Zaragoza, intenta resolver problemas personales a través de llamadas telefónicas”, nos adelanta Sergio. Este largometraje, a caballo entre el thriller y una road movie, ha supuesto todo un reto para el equipo técnico y artístico. “Los primeros días se veían caras de sueño y algún que otro bostezo… Pero una vez cogimos el ritmo de trabajar en ese horario, te acostumbras, y fue una experiencia diferente poder rodar con las calles tan silenciosas y vacías”, rememora el estudiante.
“La palabra ‘reto’ encaja a la perfección en este caso. No solo porque fuera de noche y en constante movimiento, sino porque sucede en tiempo real y solo tuvimos 12 noches para rodarla. Imagínate: una película en 12 noches, siempre apurando hasta el amanecer, recorriendo toda la ciudad en bici. Fue una bendita locura”, añade Lasierra.
Resulta inevitable preguntarse cómo compagina un cineasta la vida como docente. Lasierra lo tiene claro: “Con mucho café y pocas horas de sueño (risas). La verdad es que son dos profesiones apasionantes que se complementan a la perfección. Reconozco que compaginar ambas requiere un grado de exigencia, orden y compromiso muy alto. Pero compensa, porque lo que aprendes como director te mejora como docente, y viceversa”.
Profesor y alumno dejaron las aulas atrás para reencontrarse en un rodaje profesional, un escenario en el que la teoría se convierte en realidad. “Por suerte ya contaba con experiencia en rodajes, por lo que no me pilló nada por sorpresa”, desvela Prades. Por su parte, Lasierra califica de “circunstancial” al tipo de relación que establece con sus alumnos en un primer momento. “La vida me ha demostrado que muchos acaban siendo compañeros de profesión. Es una suerte coincidir con ellos rodando. Te permite ver de cerca el fruto de años de formación. Y para un profesor no hay nada más gratificante que ver que un alumno se ha convertido en un verdadero profesional del audiovisual”, admite el docente.
Sergio Prades ha vivido un doble reencuentro, pues coincidió con Estaregui durante su etapa en el CPA, donde estudió el Grado Superior de Producción Audiovisual y de Espectáculos. “Fue un placer verlo trabajar tan de cerca como director y comprobar lo claro que tenía todo en cada momento del rodaje”.
Tampoco es la primera vez que Ignacio Lasierra forma dupla creativa con Estaregui. “Trabajar con Ignacio es hacerlo al lado de un gran amigo al que valoro mucho en lo humano y respeto profundamente en lo profesional. Y como toda aventura de dos amigos contra las adversidades, la de Rider ha sido de mucho aprendizaje. ¡Creo que hemos hecho una buena buddy movie!”.
Por su parte, Sergio Prades nos desvela uno de los mayores aprendizajes que le ha regalado el rodaje: “Me quedo con la amabilidad del equipo y el trato hacia los meritorios, que fue muy bueno. He aprendido la importancia de valorar y cuidar al equipo: todos y cada uno de los integrantes son esenciales para que el proyecto salga adelante”.