María Franco, egresada de Traducción y Comunicación Intercultural de la promoción 2018, creó en septiembre de 2021 MF Traducciones, una entidad dedicada a la traducción y la enseñanza de idiomas que nació por la necesidad de la antigua alumna de seguir creciendo como traductora, explorando sus ramas de especialización y teniendo la libertad de tener su propia empresa.

En el área de la traducción, María está especializada en traducción comercial y audiovisual. “Traduzco páginas web, contratos, negociaciones y cualquier otro documento involucrado en la compraventa internacional. Dentro del área audiovisual, realizo traducción de guiones, para subtitulado y para doblaje, así como subtítulos para personas con discapacidad auditiva y guiones de autodescripción”, relata.

Por otro lado, en su faceta de enseñanza, imparte clases de inglés y de español para extranjeros de manera online. “Tras la pandemia, se abrió un gran abanico de posibilidades en línea, lo que me permitió poder llegar a mucha más gente de todo el mundo sin tener que desplazarme. Gracias a ello, cuento con clientes de varias partes del mundo a los que enseño inglés o español”, explica.

MF Traducciones es fruto de un largo proceso de creación que comenzó dos años antes de crear la empresa. “Tenía muy clara la idea, pero también que hasta que no tuviera todo bien atado no la pondría en marcha. Todo el plan de negocio tuvo distintas fases muy concienzudas, pero la más importante para mí fue definir los servicios que iba a ofrecer y hacerme con toda la información que necesitaba”, recuerda María.

Durante todo el proceso, para ella, la dificultad más grande fue la incertidumbre. “Estaba creando algo sobre papel que no sabía si iba a funcionar, y en lo que estaba poniendo todo mi esfuerzo e ilusión. Por eso, a veces fallaban las fuerzas y reinaba una incertidumbre que me hacía pensar si iba a merecer la pena”, recuerda. Sin embargo, fue esa misma ilusión la que le ayudó a avanzar. “Tenía muy claro lo que quería y que iba a hacer todo lo que pudiera para conseguirlo, y eso me hizo mantenerme firme en lo que quería hacer. Además, tuve la grandísima suerte de contar con todo el apoyo de mi familia y amigos, sin los cuales no habría podido ni dar el primer paso”, agrega.

Así, su tenacidad y fe en el proyecto le llevaron a crear un negocio que, para ella, supone “un aprendizaje constante” que convierte su trabajo en “una profesión muy agradecida” por la diversidad de encargos. “Además, a nivel personal, el punto determinante es poder ser mi propia jefa y decidir sobre mi día a día. Para mí eso supone una libertad enorme”, destaca.

Por ello, aunque admite que emprender es “un proceso duro”, también reconoce que es “muy gratificante”. Destaca la planificación como uno de los aspectos más importantes y asegura que, “es difícil asentarse, pero no imposible”. Por eso, anima a todo el que tenga una idea en mente a trabajar por ella y no dejarse llevar por el miedo o la incertidumbre.

María explica que lo que más disfruta de su labor son los beneficios que aportan sus servicios. “Mucha gente no es consciente de lo sumamente importante que es contar con un traductor profesional”, opina. Sin embargo, cuenta que muchos clientes han agradecido su trabajo y se han dado cuenta de la diferencia de contar con un profesional. “Así que podría decir que llevo a cabo una labor que marca la diferencia en unos productos que van a llegar a muchas personas, ya sea en un intercambio comercial o en una traducción audiovisual”, explica.

Traducción y Comunicación Intercultural en la USJ

Para la antigua alumna de la USJ, MF Traducciones es una realidad gracias a todo lo que aprendió en el grado en Traducción y Comunicación Intercultural de la USJ. “Por un lado, todas las asignaturas relacionadas con traducción fueron indispensables, y, por el otro, materias como Economía, Sistemas Políticos Contemporáneos o Relaciones Internacionales me aportaron unas bases que han resultado ser muy importantes en mi labor diaria”, relata.

Cuenta que su paso por la USJ fue una época de mucho crecimiento y aprendizaje. “Tuve la grandísima suerte de contar con grandes profesores y compañeros, y eso sin duda hizo que la experiencia fuese mil veces mejor. Me acuerdo especialmente de los docentes Almudena Nevado, María Luisa Sierra, Eoghan Sánchez, Manuela Catalá, Marta Iguacel, María Pilar Cardos, Kenneth Jordán, Teresa Baquedano y Andrea Brocanelli”, menciona.

Asegura que el trato personalizado fue algo que marcó la diferencia. “Todos los profesores saben quién eres, hablan contigo de tú a tú y puedes contar con ellos. Incluso a día de hoy sigo teniendo relación con algunos de ellos”, destaca. Además, también pone en valor “las clases prácticas y dinámicas” que hacían que “el aprendizaje fuera continuo”.