La egresada Cristina Moliner defendió en el mes de marzo su tesis doctoral “Caracterización de la actividad biológica de flores comestibles” tras haber estudiado el grado en Farmacia y el máster en Atención Farmacéutica y Farmacoterapia en la Universidad San Jorge.

El objetivo de la tesis fue valorar diferentes bioactividades (antioxidante, neuroprotectora y antimicrobiana) de nueve extractos florales, ya que, según argumenta Cristina, “el consumidor actual demanda que los alimentos cuenten con propiedades beneficiosas para la salud adicionales a los nutrientes que contienen” y, sin embargo, “las investigaciones sobre las propiedades de las flores comestibles son escasas en comparación con otros grupos de alimentos”.

¿Qué resultados obtuviste con tu investigación?

De entre los resultados encontrados cabe resaltar la actividad antioxidante y antienvejecimiento, testadas in vivo sobre el organismo modelo C. elegans, de los extractos de violeta y pensamiento, así como su potencial neuroprotector, una bioactividad observada también en las flores de tagete. El extracto de flor de romero y de cebolla destacaron por su elevado poder bactericida, no solo en bacterias planctónicas, sino también en la inhibición de la formación de biofilms, hecho que le confiere una gran potencialidad como antibiótico.

¿Por qué decidiste encaminar tu carrera hacia la investigación?

En realidad, nunca tomé la decisión consciente de dedicarme a la investigación como tal, sino que ha sido el resultado natural a las decisiones que he ido tomando a lo largo de los años las que me han llevado a ella. A los 18 años cuando elegí la carrera, sólo pensaba en estudiarla para después trabajar en una oficina de farmacia, siguiendo la tradición familiar. Sin embargo, conforme pasaban los cursos, iba descubriendo la investigación y me llamaba mucho la atención. Al final quería saber si lo tenía idealizado o si realmente me gustaba. Por ello, comencé una beca de iniciación a la investigación que efectivamente cumplió mis expectativas porque he llegado hasta aquí. 

¿Por qué decidiste comenzar el doctorado?

Fue una decisión natural, estaba terminando el Trabajo de Fin de Grado y veía el potencial de lo que estábamos haciendo. Pensé que tenía que continuar con ello y la forma para hacerlo era iniciar un doctorado.

¿Cómo ha sido el proceso de realizar el doctorado a nivel personal y profesional?

Creo que todos los proyectos de investigación son duros y siempre van acompañados de momentos de incertidumbre donde te planteas si merece la pena tanto esfuerzo. Pero cuando consigues superar el bache y acabas el proyecto, te das cuenta de que todo el esfuerzo ha merecido la pena. La satisfacción que sientes te hace olvidar los episodios más feos.

¿Cuáles han sido las mayores dificultades que has encontrado y cómo las superaste?

En mi caso, la mayor fuente de problemas fue la elección del organismo modelo, el nematodo Caenorhabditis elegans, que no había sido usado previamente en la universidad, por lo que era una línea que empezaba de cero y que, a base de horas de trabajo y mucha paciencia, hemos conseguido establecer. Además, fuera de los problemas del día a día del trabajo de laboratorio, encontrar financiación para completar los estudios es uno de los mayores retos para los estudiantes de doctorado. La investigación es muy precaria en España. 

¿Por qué elegiste este tema?

Mis asignaturas favoritas durante la carrera fueron Farmacognosia y Fitoterapia, es decir, las que tratan de plantas. Esto me condicionó para elegir un Trabajo Fin de Grado que estuviera dentro de ese campo. Evidentemente, era un estudio a menor escala, por lo que, para continuarlo en el doctorado, me ofrecieron proyectos más ambiciosos, entre los que estaba la investigación con flores comestibles. Lo elegí sin dudar porque veía que era una oportunidad novedosa y muy completa que me iba a permitir aprender y desarrollarme en diferentes campos de estudio.  

¿Has ejercido la Farmacia en el ámbito laboral?

Sí, los dos últimos años de doctorado los he pasado trabajando a media jornada en una oficina de Farmacia porque se me acabó la beca que disfrutaba, sólo tenía becas parciales y, como he comentado antes, la financiación es un factor a tener en cuenta cuando decides hacer una tesis.

¿Cómo fue la experiencia?

Tengo que reconocer que me ha resultado muy positiva. He aprendido mucho y te hace recordar que el objetivo final de tus investigaciones es mejorar la vida de los pacientes, algo que, a veces, parece que se nos olvida al encerrarnos en el laboratorio.

Ahora que has terminado, ¿a qué te vas a dedicar?                                          

En la actualidad, estoy trabajando en una oficina de farmacia mientras busco ofertas para realizar el posdoctorado. Me gustaría tener la posibilidad de ir a un nuevo laboratorio para aprender nuevas técnicas. Y viendo que la ciencia en España está muy mal, creo que mi futuro pasa por estar una temporada en el extranjero.

¿Te gustaría seguir investigando sobre las flores comestibles?

Claro, me encantaría. Creo que hemos obtenido unos resultados en el cribado de gran interés y poder continuar trabajando sobre ellos sería muy estimulante. Si bien es cierto que previamente me gustaría trabajar en otros laboratorios para obtener nuevos conocimientos con los que contribuir a esta línea de investigación.

¿Dónde te ves dentro de 10 años?

Me encantaría poder continuar dedicándome a la investigación, aunque no sea a tiempo completo y compatibilizarla con otras actividades como el trabajo en oficina de farmacia o la docencia.