Los alumnos de 1º de Administración y Dirección de Empresas, ADE, han llevado a cabo un debate sobre los pro y contras de la reciente medida del Gobierno central de retirar la publicidad de las casas de apuestas. Durante esta actividad de la asignatura de ‘Habilidades comunicativas’, del profesor Jorge Rodríguez, cada grupo ha defendido sus posturas, ha realizado réplicas y contrarréplicas y se ha enfrentado a las preguntas de los presentes.

El Gobierno aprobó este mes de noviembre la prohibición de la publicidad de las casas de apuestas. La nueva norma acabará así con más del 90% de los anuncios vinculados al juego y, además, no se permitirán patrocinios de este tipo en equipaciones deportivas. El veto también se extiende a la participación de personajes famosos en estos anuncios en todos los soportes y en cualquier horario.

Pablo Argibay, Mario Hernández, Pablo Revuelta y Francisco Mateo Pueyo ha conformado el grupo que se ha posicionado a favor de estas nuevas restricciones. En el otro lado, Álvaro Cendoya, Gabriel Roger, Julián Guiral y Álvaro Tabuenca han defendido una postura contraria a estas medidas y la libertad de mercado de estas empresas.

Los dos equipos, formados por cuatro personas cada uno, se han dividido por parejas y han tenido que defender sus posturas ante esta normativa en distintos escenarios como: efectos psicológicos, efectos económicos, localización de los locales y publicidad.

El equipo a favor de esta regulación ha basado sus argumentos en que estos centros manipulan la ilusión de las personas. Se sitúan al lado de colegios e institutos y arruinan vidas y familias por las deudas y problemas físicos, psíquicos y personales que generan basándose en los incentivos psicológicos que crean para que la gente los consuma.

Por el contrario, los disconformes a esta postura se han defendido asegurando que son un valor económico fundamental para el país, ponen sus locales en las zonas más rentables para su negocio, defendiendo de esta manera el libre mercado, y que el juego no es peligroso si se realiza de una forma consciente y controlada.

Esta actividad busca que los futuros profesionales de Administración y Dirección de Empresas sepan argumentar y defender sus ideas, ya que en algún momento ocuparán puestos de liderazgo y responsabilidad y deberán enfrentarse a este tipo de debates lingüísticos. El ejercicio implica una profunda documentación y una puesta en escena que exige el dominio de las principales técnicas retóricas, lenguaje corporal y solidez de los argumentos. Se hace hincapié en el respeto del otro para poner en cuestionamiento las ideas y no a las personas.