El arquitecto y docente de la USJ Ángel B. Comeras participará en el Encuentro Internacional sobre Infancia, Arquitectura, Educación e Inclusión que se celebrará en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía los días 19 y 20 de enero y que busca reflexionar sobre estas temáticas con el objetivo de hacer ver que se necesitan espacios inclusivos donde tengan cabida todo tipo de públicos.

Ángel B. Comeras ha dedicado su carrera profesional a tratar aspectos relacionados con la arquitectura, la innovación docente y la discapacidad intelectual. Por ello, participará en el Encuentro con una ponencia titulada “Arquitectura cognitiva para la integración educativa”. Ángel afirma que “la clave está en no hacer edificios para personas con determinadas cualidades, sino crear estrategias cognitivas y arquitectónicas que sirvan para todos, porque de esta manera la arquitectura se desarrollará de manera natural y se añadirán características que no molestarán a nadie e incluirán a todo el mundo”.

Para ello, el docente ha estudiado y creado edificios que reúnen algunas de estas características, aunque, de momento, se trata de construcciones diseñadas específicamente para personas con discapacidad intelectual. Es el caso de una serie de viviendas tuteladas de la Fundación CEDES en Zaragoza. “Se trata de viviendas con unas características especiales que hacen que las personas que viven allí no necesiten ninguna flecha o cartel que indique que esa es su casa”, explica el docente. En su lugar, se utilizan los colores, la luz o la disposición de los espacios de manera consciente para que cumplan la finalidad de indicar a las personas dónde están o adónde van.

“El mundo de la política, las instituciones, universidades, etc. se están dando cuenta de que es necesario hacer ciudades y edificios para todos”

El objetivo es trasladar esta manera de construir edificios al conjunto de la arquitectura. “Hay estrategias muy sencillas que ya podrían aplicarse”, afirma Ángel. Pone el ejemplo de las catedrales góticas, que cuentan con un pórtico que genera un espacio y lugar precisos y claros de modo que es prácticamente imposible tener problemas para entrar. “Son aspectos muy básicos y elementales, que son tratados en arquitecturas tanto históricas como modernas, pero que en ocasiones no se aplican. Te puedes encontrar con un edificio tan uniforme que tienes que buscar por dónde entrar”, añade.

Si es posible aplicar esta serie de características en espacios donde convivan diferentes públicos, ¿por qué no se realiza con más frecuencia? Para el arquitecto es una cuestión de historia y contexto. “Ahora se está intentando ver la arquitectura desde el punto de vista del usuario, qué ocurre con él y cómo percibe el mundo en el que está”, explica. Así pues, afirma que es la propia sociedad “la que tira del carro de esas necesidades” haciendo que “el mundo de la política, las instituciones, universidades, etc. se den cuenta de que es necesario hacer ciudades y edificios para todos”.

“El sistema y el espacio educativo se pueden juntan para buscar formas de educar y ver cómo influye la disposición de los espacios en el aprendizaje»

Al final, los estudios y aplicaciones que Ángel ha descubierto a raíz de su trabajo con la discapacidad intelectual, pueden trasladarse al resto de la sociedad para crear edificios y ciudades inclusivas para todos los colectivos. “La discapacidad intelectual es un medio que me ha servido para que la propia discapacidad aporte a la sociedad”, afirma. “Tradicionalmente, la sociedad siempre ha proporcionado cosas positivas a los sectores vulnerables. Yo estoy intentando que ahora sea al revés y que las personas con discapacidad intelectual, a través de su forma diferente de percibir, aporten soluciones que luego sirvan para otras muchas personas, por ejemplo, los niños, que tienen unas características de aprendizaje diferentes”, añade.

A lo largo de sus años de estudio, Ángel ha descubierto que las estrategias que derivan de su trabajo con la discapacidad intelectual se encuentran también en edificios que tienen que ver con la educación y la infancia. Así pues, «el sistema y el espacio educativo se pueden juntan para buscar formas de educar y ver cómo influye la disposición de los espacios en el proceso de aprendizaje», afirma. En esta línea, el arquitecto y docente presentará en el Encuentro Internacional sobre Infancia, Arquitectura, Educación e Inclusión una aproximación sobre cómo la arquitectura puede ayudar en el proceso educativo y en la inclusión de todos los niños.

Se prevé gran afluencia de asistentes a este congreso que reúne a casi una veintena de expertos, ya que se ha completado el aforo de 400 inscritos y, actualmente, se cuenta con una lista de espera por si alguien renuncia a su plaza.

 

      Viviendas tuteladas “Hogares CEDES”


 

Las viviendas tuteladas “Hogares CEDES” formaron parte de la tesis doctoral de Ángel B. Comeras “DISARQUITECTURA. La Discapacidad Intelectual como medio de cognición arquitectónica”

Se crearon diseños donde se diferenciaban las viviendas de los espacios comunes. Estos últimos se separaron en piezas diferenciadas e identificadas por su tamaño, volumen y color. Además, se colocaron cerca de la calle como estrategia para relacionarlo con lo urbano, mientras que las viviendas se posicionaron en el interior, sin seguir una alineación y buscando la luz y su integración en el jardín. De esta manera, se favorecía su identificación y reconocimiento, al facilitar la distinción entre una vivienda y otra.