Carlos Spottorno, fotógrafo coautor del proyecto La Grieta –mención especial del jurado Paris Photo 2017–, ha realizado esta mañana una masterclass en el Espacio Escena de Harinera ZGZ de Zaragoza, dentro del proyecto formativo multidisciplinar Aula Transversal. Este encuentro ha sido posible gracias a la participación de la Facultad de Comunicación y Ciencias Sociales de la Universidad San Jorge y de CPA Salduie.

El fotógrafo ha repasado la trayectoria que siguió desde que, en 2014, realizó para XL Semanal un reportaje sobre las fronteras mediterráneas de la Unión Europea en el que, finalmente, se publicaron 13 fotos de las 12.000 que había hecho. Al año siguiente, gracias a un beca de BBVA y con la colaboración de El País, volvió a realizar otro fotoreportaje de características similares pero visitando las fronteras del resto de Europa. Carlos ha explicado que, en ambas ocasiones, se quedó con la sensación de haberse dejado «mucho en el tintero».

Así pues, surgió la idea de crear un fotolibro con todas las imágenes realizadas durante estos viajes. Sin embargo, desechó este pensamiento porque, según ha explicado esta mañana, «los fotolibros no se venden porque el hilo narrativo solo lo entienden los expertos en este ámbito». Tras estudiar e investigar de qué manera podía transmitir toda la información gráfica que tenía se topó con las novelas gráficas «Pyonyang» de Guy Delisle y «Persépolis» de Marjane Satrapi, dos cómics basados en hechos reales que han vendido miles de ejemplares.

De esto modo nació La grieta, una historia que, según ha afirmado Carlos, «no es la verdad absoluta, pero los hechos sí que ocurrieron». Algunas de las características que el fotógrafo tuvo que tener en cuenta a la hora de crear La grieta son que tenía que trabajar con recursos limitados. «Normalmente, en el cómic primero tienes un guion y después creas las ilustraciones que necesitas. En mi caso, fue al revés. Había cosas que no podía tener porque simplemente no tenía las fotos», ha explicado.

Tras la elección de las imágenes, realizó un proceso de edición para crear una coherencia cromática. En la conferencia, el fotógrafo ha afirmado que con esta edición «inevitablemente en el camino destruía sus fotos» porque perdían su esencia, las recortaba, modificaba, etc.»Pero, ¿uno se pone a llorar por lo perdido o se alegra porque está creando? Yo decidí apostar por lo que creaba», ha reflexionado.

Una vez elegidas y modificadas, las posicionaba en su lugar y les daba un orden para crear una narración visual «bastante intuitiva». Después, añadía el texto, que pasaba a ser «el hilo conductor que rellena las elipsis» entre las imágenes, decidía el número de palabras en cada viñeta, el tiempo verbal y la persona en la que se narraba y jugaba con el «page-turner», es decir, aquellas características que te enganchan y hacen que pases de página para seguir leyendo.

Tras un periodo de corrección y verificación de hechos, finalizó el proceso de creación de La grieta, una novela gráfica en formato fotocómic, publicada en España por la editorial Astiberri, que ha sido traducida en la actualidad a cuatro idiomas y que ha vendido miles de ejemplares por toda Europa.