El grado en Arquitectura organizó el encuentro “El despertar de la arquitectura”, una mesa redonda virtual en la que varios antiguos alumnos de la Escuela de Arquitectura y Tecnología de la Universidad San Jorge contaron su experiencia emprendiendo y trabajando tras graduarse. Javier Hernando, Javier Corzán y David Cerezo fundaron Grupo GEN Arquitectura, Juan Ignacio Martínez Alamán forma parte de Raíces Estudio de Arquitectura y Valentina Guzmán creó su propio estudio en Bolivia.

Los integrantes de Grupo GEN Arquitectura decidieron trasladar su sede a dos oficinas en Épila y Fuentes de Ebro, dos pequeños municipios. “Nos sentimos cómodos haciendo arquitectura desde la cercanía y creemos que se puede hacer arquitectura que hable de futuro y sea contemporánea desde el mundo rural y núcleos pequeños”, declararon.

Enseñaron algunos de sus proyectos, mostrando la variedad de áreas en las que puede desempeñar su labor un arquitecto. Uno de ellos fue la rehabilitación de los ábsides del Monasterio de San Pedro el Viejo en Huesca, un monumento con mucha relevancia en Aragón donde están los sepulcros de dos reyes de Aragón: Alfonso I el Batallador y Ramiro II el Monje.

También mostraron su trabajo de reformar de un local para la sede de la Asociación Española Contra el Cáncer en Zaragoza. “Debía tener un carácter muy sensorial y sensitivo porque iba a albergar a personas con un problema grave. Había que tratarlo con sensibilidad y así nos lo transmitió el cliente. Por eso tuvimos mucha carga de interiorismo, diseño y detalles donde está presente la persona que necesita ayuda”, explicaron sobre el proceso de trabajo.

Por su parte, Juan Ignacio Martínez Alamán habló en nombre de Raíces, un estudio de Arquitectura formado por siete antiguos alumnos de la USJ, que se conocieron en la universidad y siguieron trabajando juntos al terminar el grado. “Queríamos continuar aprendiendo y asumimos el riesgo de emprender. Ahora ese riesgo nos permite vivir a siete personas. Desde el principio hicimos de todo, porque siempre hemos pensado que hay potencial en cualquier cosa. Esto nos ha permitido aprender mucho”, explicó.

Entre los proyectos que mostró se encontró la restauración de un edificio de un pueblo de Teruel que había sido la harinera de la zona y estaba en desuso. Plantearon darle vida juntando lo que había sido en el pasado con un bar/museo, de modo que parte de la decoración y materiales de la harinera se mantuvieron y otros se convirtieron, por ejemplo, en la barra del bar.

Finalmente, Valentina Guzmán, procedente de Bolivia, explicó que decidió venir a la USJ a estudiar Arquitectura y ahora había vuelto a su país, donde había creado su propio estudio. “Los profesores me ayudaron mucho. Por ejemplo, nunca había estudiado dibujo técnico y me ayudaron y guiaron en todo el proceso”, aseguró.

Después, mostró cuál había sido su primer trabajo: la reforma interior y de fachada de la sede de una compañía de seguros. “Mi primer trabajo fue muy rápido, casi poco después de entregar el TFG. No creía que fuera a ser tan pronto y estábamos en plena pandemia. Aprendí un montón. No fue fácil, pero estaba preparada para hacerlo”, declaró sobre el proceso.

Juan Ignacio Martínez también destacó la formación recibida en la USJ. “Aprendes la capacidad para trabajar y buscar. La carrera es dura, pero te enseña a buscarte las habichuelas y te da herramientas para buscar y aprender lo que no sabes”, explicó.

Los egresados de Grupo GEN también destacaron la cercanía con los profesores. “Nos hemos criado en la arquitectura con referentes muy cercanos, que trabajaban en sus despachos de arquitectura e impregnaban las clases de su actividad profesional. Para nosotros ha sido normal en todos esos años de estudio ser partícipes de ese día a día profesional. Por eso no nos resulta extraño que de la USJ hayan salido tantos alumnos con ese carácter emprendedor”, concluyeron.