El trabajo forma parte de la asignatura Periodismo Especializado II, dedicaron tres meses a realizarlo y entrevistaron a cerca de 40 personas

Los alumnos de 4º de Periodismo Gema Cortijo, Javier Escartín, David García, Patricia Simón y Diego Vicente presentaron, para la asignatura Periodismo Especializado II, “Casa Okupa”, una exhaustiva investigación sobre el impacto de la ocupación en Zaragoza durante los últimos tiempos y especialmente durante la pandemia.

“Elegimos este tema porque últimamente es muy recurrente en los medios de comunicación. Considerábamos que se quedaban solo en la superficie y nosotros queríamos saber qué hay detrás. Queríamos conocer la doble cara de la moneda, diferenciar a las personas que ocupan y crean problemas de aquellos que se ven abocados a esta situación”, explica Gema Cortijo.

Para ello, publicaron la historia de Pepe y Benito, dos ancianos de 79 y 84 años con problemas de salud que se vieron en la calle, sin ningún tipo de ayuda y después de que se les considerara ocupas, aunque ellos defienden que vivían de forma legal y pagaban un alquiler. También entrevistaron a políticos de diversos partidos que aportaron diferentes visiones sobre la ocupación y hablaron con vecinos de edificios en los que hay pisos ocupados.

“Fue muy difícil contactar con gente cuya casa estaba siendo ocupada, ya que no querían hablar por miedo a que descubrieran quiénes eran”, recuerda Diego Vicente. “Pero hablamos con asociaciones y personas que habían sido afectadas de algún modo por la ocupación, bien porque vivían en un barrio donde había varios ocupas delictivos o porque tenían vecinos ocupas”, agrega Javier Escartín.

Pudieron comprobar, incluso siendo estudiantes, las presiones a las que se enfrentan los periodistas y el cuidado que deben de tener a la hora de publicar información. “Tuvimos dificultades con los políticos porque, cuando daban su opinión, querían que su frase fuese la buena y la de la oposición, la mala. Así que debíamos ser cautelosos a la hora de seleccionar los contenidos”, explica Diego Vicente. “Nuestra solución fue mantener el rigor objetivo y atribuir siempre las palabras al político que las decía, para que en ningún momento pareciera que éramos nosotros quienes defendíamos dicha idea”, argumenta el estudiante Javier Escartín.

Diego Vicente incluso relata que sufrieron la presión de un político mientras investigaban un caso de ocupación. “Nos dijo que nosotros no podíamos intentar hablar con una persona porque no era de nuestra incumbencia”, asegura. “Pero no nos echamos atrás. El trabajo de un periodista es investigar y preguntar acerca de los hechos, y es lo que hicimos constantemente”, confirma Javier.  

También contaron con la declaración de un catedrático de Derecho Administrativo encargado de elaborar una propuesta de ley frente al fenómeno de la ocupación y recogieron la experiencia de un policía nacional, así como la visión, desde una perspectiva legal, de una abogada experta en temas de ocupación.

Periodismo real

Para los alumnos, esté proyecto les ha permitido hacer periodismo de investigación real. Han dedicado tres meses de trabajo y han recogido casi 40 testimonios distintos, declaran. “Hemos vivido la experiencia de lo que supone realmente hacer <<periodismo de calle>> o <<periodismo de campo>>, ya que hemos tenido que salir a la calle para poder conocer de primera mano las historias tan variadas y diversas que hay detrás de la ocupación”, explica Patricia Simón.

La alumna también asegura que han tenido que trabajar “como una auténtica redacción” debido a la alta organización y coordinación que requerían todas las fases del proyecto: investigación, recopilación de la información, producción de las entrevistas, edición del contenido… Además, debido a la telepresencialidad de las clases, Patricia afirma que tuvieron que acordar muchas reuniones telemáticas entre los miembros del equipo y con el profesor Jorge Miguel Rodríguez “para solucionar los problemas reales” que fueron surgiendo.

Implicación personal

Los alumnos mencionan cómo les afectó personalmente la realización del proyecto. Diego Vicente afirma que les resultó complicado mantener la objetividad en todo momento y conforme hablaban con los protagonistas, su opinión “iba variando”. Para evitar sesgar la información decidieron compartir entre todos cada uno de los artículos que publicaban. “Varios de nosotros nos encargábamos de corregir y unificar el formato de los artículos, por lo que, si se detectaba algo que pudiera resultar poco objetivo, se comunicaba al autor para modificarlo”, añade Javier.

La temática del proyecto y el alto grado de implicación de los alumnos hizo que se comprometieran personalmente con el trabajo. “Nos ha aportado una gran sensibilización y conocimiento sobre el tema de la ocupación. Al introducirnos tan de lleno en el tema, nos hemos sentido partícipes de la lucha de los diferentes afectados y los desahucios”, cuenta David García.

Igualmente, desde un punto de vista periodístico, aseguran haberse sentido verdaderos periodistas. “Hemos actuado como altavoz de aquellos que no tienen voz, algo que nos congratula enormemente”, afirma Javier. Además, el hecho de enfrentarse a presiones ha provocado que vivan en primera persona cómo “los periodistas deben hacer frente, en la realización de su cometido, a distintas injerencias externas que tienen que superar, con el fin de garantizar la veracidad y el rigor informativo inherente a la profesión periodística”, relata el alumno.

“Por último y, como no puede ser de otra manera, hemos aprendido que colectivamente se trabaja más, mejor y con una mayor eficacia, y creemos que eso se ha visto plasmado en el resultado de nuestro trabajo”, concluye David.

Fotografías: Cristina Aznar.