Alumnos del grado en Diseño Digital y Tecnologías Creativas de la USJ y alumnos de Centro San Valero han participado en una actividad colaborativa en la que, divididos en grupos formados por alumnos de ambos centros, han puesto en práctica conocimientos sobre diferentes tipos de fabricación: fabricación sustractiva (máquinas CNC) y fabricación aditiva (impresión 3D).

En la primera jornada, los alumnos de Centro San Valero que estudian y trabajan con las máquinas de fabricación sustractiva enseñaron a los alumnos de la USJ cómo utilizarlas. Posteriormente, en la segunda jornada, fueron los estudiantes de la USJ quienes enseñaron a los de Centro San Valero cómo diseñar e imprimir en 3D con las impresoras del Laboratorio de Fabricación Digital de la Universidad San Jorge.

El primer día, en el Centro San Valero, los alumnos tuvieron que diseñar un eje perteneciente a una bomba de pistones. A partir de las piezas que componen la bomba de pistones, tuvieron que medir con el calibre o pie de rey y diseñar el eje para que encajara perfectamente. Posteriormente, con las medidas obtenidas, lo diseñaron en 3D en el software SolidWorks y mecanizaron dicho eje a través del torno CNC. Además, hicieron pruebas de mecanizado con otras piezas para ver cómo funcionaban máquinas como la fresadora, el corte por plasma, la soldadura o la forja.

Más adelante, durante la segunda jornada, en la USJ, los alumnos volvieron a trabajar en equipos para diseñar y prototipar el packaging que contendría el eje mecanizado en la sesión previa. A través de una serie de parámetros, tales como intentar utilizar el menor material posible, no usar ningún adhesivo o hacer el packaging apilable, tuvieron que diseñar un packaging que pudiera imprimirse en 3D. Además, los alumnos de la USJ enseñaron a calibrar, cargar y descargar material y los requisitos necesarios para poder imprimir productos correctamente en 3D.

Amparo Coiduras, docente responsable de la actividad, afirma que esta acción les ha aportado múltiples beneficios, tanto a nivel académico como personal. Por un lado, les ha permitido “aplicar de manera práctica los conocimientos teóricos adquiridos en clase”, y, por lo tanto, “comprender mejor cómo funcionan las máquinas y tecnologías que se utilizan en la fabricación digital”.

Por otro lado, al trabajar en grupos formados por alumnos de ambos centros, “han podido desarrollar habilidades sociales y aprender a trabajar en equipo, colaborando y respetando las ideas de los demás”.

Finalmente, “han puesto en práctica su creatividad e innovación” al tener que “crear un producto que cumpla con los parámetros establecidos”.