Cuando:
9 enero, 2020 a las 7:00 pm – 8:00 pm
2020-01-09T19:00:00+01:00
2020-01-09T20:00:00+01:00

A partir del 9 de enero, la exposición «Boxthings» muestra en Espacio en blanco una formidable selección de óleos de gran formato del artista francés afincado en Zaragoza Yann Leto. Figuraciones que apuntan múltiples conflictos políticos y sociales que nos rodean día a día. Crítica y resistencia que Leto plantea mediante coloridas telas cargadas de dinamismo que sitúan al espectador frente a la actual realidad.

Inauguración: jueves 9 de enero a las 19 h.

La muestra podrá visitarse hasta el 7 de febrero.

Horario: de lunes a viernes, de 9 a 21 h. Entrada libre.

«El ring es como el lienzo blanco del pintor: iluminación total… ¡exacerbada! El ring es un cuadro iluminado, destinado a crear tensión y a su vez es también un lugar de tensión. Allí puede pasar de todo y debe pasar de todo. Casi lo mismo que en un cuadro. Allí están el drama, la alegría, el dolor, la gente humillada, la sorpresa, la toalla mojada que vuela, el agua, la resina, la sangre…» escribió Eduardo Arroyo en su libro Sardinas en aceite.

Imagino que Yann Leto ha leído y conoce bien la pintura de Eduardo Arroyo. Sus cuadros así lo parecen. De Al Brown dice Arroyo que, al igual que el pintor piensa siempre en sus manos, también él estaba obsesionado con las suyas, y con la ceguera; siempre le dolían las manos y cuando dejaba K.O. a su adversario era para evitar que sufriera demasiado y para abreviar sus propios dolores. Porque el sufrimiento de un boxeador está unido al castigo del otro. Un nuevo ejercicio de «matar pacíficamente». Milou Pladner afrontó la ceguera. Vivió cuarenta años en la oscuridad, pero el boxeo, declaró, le había permitido vivir la aventura extraordinaria de ver el mundo y entusiasmar al público.

Yann Leto pinta lo que tiene cerca, es su modo de intervenir de manera activa. Busca el reconocimiento y la complicidad con el público al que van dirigidos sus cuadros, tableros en los que cita a grandes artistas de la vanguardia, cuya presencia aparece licuada en los episodios cromáticos desinhibidos, grotescos, distorsionados y disonantes, exasperantes, caníbales, extraños, claustrofóbicos, desquiciantes, delirantes, gestuales y gritones, que perseveran en su hermetismo narrativo.

De Poe escribió Benjamin que su incomodidad con la sociedad le hizo buscar la multitud para ocultarse; y difuminar, a propósito, la diferencia entre el flâneur y el asocial, pues un hombre se hace más sospechoso entre la masa cuanto más difícil es dar con él. Leto, como Poe, es un hombre de multitudes. Una posición que elige no para ocultarse sino para vivir en directo aquello que ve. «La cosa más política que puedo hacer es interpretar la vida de la gente, incluida la mía, de modo tal que provoque interés, empatía, cuestionamiento o incluso antipatías por lo que están viendo, pero que, de alguna manera, los comprometa a mirar la vida como se vive realmente y a reaccionar ante ello». Cito a David Shields, en concreto el punto 144 de la letra e, que atiende a la realidad, en su ensayo Hambre de realidad. Un manifiesto. Y aunque no las conocía, Yann Leto parece seguir en su pintura algunas de las Instrucciones para pintar la gran ciudad que Ludwig Meider publicó en 1914: la primera tarea era «aprender a ver, de un modo más intenso y correcto que nuestros predecesores», y la segunda, pintar «la vida en plenitud: el espacio, la claridad, la oscuridad, lo pesado, lo ligero y el movimiento de las cosas». En definitiva, «penetrar más profundamente en la realidad»; para concluir: «¡Pintemos lo que está cerca de nosotros, nuestro mundo urbano…!».

Chus Tudelilla