José Antonio Montón, abogado especializado en derecho tributario y profesor de la Universidad San Jorge, fue nombrado en el listado elaborado por la publicación estadounidense “Best Lawyers” para España como uno de los mejores abogados del país. El ranquin, que se crea con las recomendaciones de los compañeros de profesión, nombró a dieciséis abogados de Zaragoza, seis de ellos del despacho Garrigues, despacho del que es socio el docente de la USJ.

 ¿Qué significó para ti ser elegido en el ranking?

Fue una satisfacción y lo agradezco. Pero considero que hay muy buenos abogados en Zaragoza que no están en esa lista y seguro que podrían estar. Además, como pertenezco a un despacho colectivo, Garrigues, no me lo tomo tanto como un reconocimiento a título individual, sino al trabajo colectivo que todos los que estamos en el despacho hacemos. Compartimos el conocimiento y las experiencias y el resultado es lo que aplicamos al trabajo con nuestros clientes.

¿Por qué te especializaste en este derecho tributario?

Empecé estudiando Derecho, Económicas y Empresariales. Esa doble formación ya me orientó hacia determinadas prácticas del derecho. Después, cuando te incorporas a un despacho lo haces de acuerdo con tus preferencias y las necesidades del propio despacho. Cuando entré en Garrigues, hace 26 años, me ubiqué en está área porque era lo que quería y le encajaba a la oficina de Zaragoza. Desde entonces he desarrollado mi carrera en esta rama.

¿Qué cualidades debe tener un buen abogado?

Primero, una buena capacitación técnica y especialización. También cualidades personales: tienes que ser una persona dispuesta a estar reciclándote continuamente. Las leyes cambian y tienes que estar ininterrumpidamente estudiando. Además, hay que estar dispuesto al sacrificio que supone una disponibilidad casi plena para con tus clientes. Un horario fijo es imposible en nuestra profesión, porque el cliente te necesita cuando te necesita. Finalmente, buenas dotes de negociación, una buena capacidad de expresión escrita y oral y dominio del inglés.

Entre tantos sacrificios, ¿cuál es la parte de buena de la profesión?

Es un trabajo muy entretenido. El hecho de tener que estar reciclándote tiene su parte buena, porque lo hace cambiante, no te puedes acomodar, es un reto. También es poco monótono porque cada cliente y problema son diferentes, así que te enfrentas a casos distintos a lo largo de tu carrera. Eso para mi es un retorno, es la parte buena.

¿Qué supone la docencia para ti?

Es el primer año que soy profesor y me está gustando la experiencia. Pienso que una persona a lo largo de su vida tiende a concentrarse alrededor de un núcleo cerrado de personas: familia, amigos y compañeros de trabajo. Pierdes la perspectiva de otras realidades sociales y humanas. Con los alumnos estoy descubriendo la manera de ver las cosas de un grupo de gente que pertenece claramente a una generación diferente a la mía y supone un intercambio enriquecedor.

¿Qué valores intentas transmitir a tus alumnos?

En relación con el ejercicio de la profesión, me gustaría transmitirles que hay que ser siempre honesto, sincero y honrado. La profesión de abogado esta empezando a estar algo desprestigiada como consecuencia de la mala praxis de algunos compañeros, afortunadamente, una minoría, y hay que incidir en la honradez: no se trata de ayudar a tus clientes a quebrantar la ley, sino a todo lo contrario, a actuar siempre dentro de lo que la legalidad permite. Además, honestidad y sinceridad con todo el mundo: con tus clientes, con los compañeros de tu mismo despacho y también con otros abogados con los que vas a tener que interrelacionarte cuando legítimamente defiendan los intereses de sus clientes que pueden no coincidir con los de los tuyos.