Toño Cartón, docente de la Universidad San Jorge, participó en los Juegos Olímpicos de Tokio como segundo entrenador de la selección de balonmano de Egipto. El equipo se clasificó para semifinales, convirtiéndose en el primer país no europeo en conseguir este hito en unos Juegos Olímpicos.
¿Cómo fue la experiencia de vivir unos Juegos Olímpicos, tanto deportivamente como personalmente?
Participar en los Juegos Olímpicos es un sueño cumplido. A veces devoramos momentos de nuestra vida sin saborearlos del todo por estar pensando en el siguiente nivel o el siguiente reto. En estos 21 días en Tokio he disfrutado cada minuto de la competición deportiva más grande del mundo y cada rincón de la villa olímpica.
¿Cómo enfrentasteis la competición? ¿Os habíais fijado algún objetivo?
El objetivo de la selección egipcia de balonmano era estar en cuartos de final. Lo que no esperábamos era hacerlo como segundos de grupo tras ganar a Suecia (actual subcampeona del mundo), Portugal, Bahrein y Japón (la anfitriona).
Durante la preparación de los JJOO, ¿en qué áreas trabajasteis especialmente?
La mitad del equipo juega en la liga egipcia, así que con ellos pudimos arrancar el 18 de mayo (un mes antes que el resto de equipos) y más centrados en el apartado físico. A mediados de junio, incorporamos a los que juegan fuera e iniciamos una serie de amistosos internacionales, que era lo que más falta nos hacía porque, a diferencia del resto de selecciones, llevábamos sin competir desde el mundial de enero.
¿Cómo fue la preparación física y técnica de la selección?
Ha sido la más larga que recuerdo. Algunos jugadores han estado dos meses y medio de concentración más las dos semanas de los Juegos. La primera parte se hizo en Hurgada, a orillas del Mar Rojo, con la preparación física como principal objetivo. El clima y el ambiente se parecen a los de Canarias, así que es un lugar idóneo para comenzar la preparación de cuerpo y mente. Si eres amante del buceo, deberías ir allí una vez en la vida. Después, incorporamos a todo el equipo en El Cairo y nos centramos en recordar los conceptos tecnico-tácticos de nuestro sistema. Finalmente, nos pusimos a prueba con una gira de 3 semanas por Galicia, París y Nuremberg, antes de volar a Tokio con una semana de antelación para aclimatarnos.
¿Ese trabajo realizado se vio luego reflejado en la competición?
Supongo que sí, porque el rendimiento del equipo ha sido excepcional. Egipto ha roto un techo de cristal de más de 30 años convirtiéndose en el primer país no europeo en clasificarse para semifinales de unos JJOO. El orden en el juego y la fortaleza defensiva mostradas en Tokio invitan a pensar que vamos por el buen camino.
¿Qué partido fue el que más disfrutaste?
La victoria contra Alemania en cuartos de final fue una alegría inmensa para todos porque significaba luchar por las medallas y hacer historia para el continente africano.
«Con los años he aprendido a disfrutar más el camino y a valorar el crecimiento de los equipos y no solo los resultados»
¿Y el que más sufriste?
La derrota mas dolorosa fue contra Francia en semifinales. Hicimos un gran partido y pudimos haber tumbado a la posterior campeona olímpica… En una acción tonta se nos lesionó Ali Zein (reciente fichaje del Barça) y le perdimos para el partido por el bronce.
¿Cómo encajó el equipo la derrota después de haber llevado un marcador tan ajustado?
La decepción fue grande porque el equipo había mostrado con su juego que la medalla era posible y creyó hasta el final. Egipto es una de las selecciones más jóvenes y ha demostrado estar al nivel de las mejores en los últimos campeonatos. Con el paso de los días creo que iremos valorando más dónde nos ha dejado la experiencia vivida en Tokio.
«En la villa olímpica coincidí con dos egresados de la USJ que estaban con la selección de surf de Francia. Es difícil expresar la alegría y el orgullo que sentí al ver hasta dónde habían llegado ‘nuestros’ chicos»
¿Cómo fue competir por el bronce contra España?
Fue extraño, porque con la mitad del equipo he compartido vestuario cuando era jugador y con el cuerpo técnico también tenemos muy buena sintonía. Son un grupo ejemplar y se merecían una medalla por su juego y por los valores que transmiten. Está claro que perder el bronce contra España no es menos doloroso que contra cualquier otro, pero con los años he aprendido a disfrutar más el camino y a valorar el crecimiento de los equipos y no solo los resultados.
¿Qué crees que puede aportar a tus clases en la USJ una experiencia como esta?
Creo que, así como la información se transmite, las experiencias, por su parte, son algo que puede ser compartido. Todos aprendemos más cuando nos emocionamos, y si como profesor eres capaz de contagiar tu pasión a los alumnos, habrás recorrido más de la mitad del camino. En la villa olímpica coincidí con Thibaud Paraillous y Cannelle Bulard, representantes del equipo de surf francés y egresados USJ. Es difícil expresar la alegría y el orgullo que sentí al ver hasta dónde habían llegado “nuestros” chicos. Si este curso consigo que un alumno sienta algo parecido al revés, esta historia habrá merecido la pena.