Los sanitarios luchan en primera línea contra la pandemia provocada por el COVID19. Entre ellos se encuentran Jhon Maicas, Sofía Ibáñez, Sofía Gómez y Pablo Porroche, cuatro jóvenes enfermeros que estudiaron en la Universidad San Jorge

“Estoy viviendo una situación que jamás me hubiera imaginado. Pero tengo mucho ánimo y ganas para servir en lo que haga falta”. Esta afirmación pronunciada por Sofía Ibáñez, enfermera que terminó sus estudios en la Universidad San Jorge el año pasado, podría haber sido fácilmente dicha por cualquiera de los cientos de enfermeros españoles recién titulados cuya primera experiencia en el ámbito sanitario se ha convertido en una lucha diaria contra el COVID19.

Al inicio de la pandemia, Sofía ocupó un puesto de recogida de muestras y, más tarde, fue reubicada en el Centro Coordinador de Urgencias para atender el nuevo número de teléfono de información sobre el coronavirus (976 696 382) con el objetivo de no colapsar la línea del 061. Actualmente resuelve dudas de los ciudadanos y realiza una evaluación de los pacientes, según los criterios que Salud Pública define, para determinar si pueden ser posibles casos positivos.

Aplicando todo lo aprendido durante sus estudios y arrojando toda la fuerza y personalidad propia de los enfermeros, están ayudando, curando, salvando y acompañando a toda la sociedad, bien sea brindando información, como Sofía Ibáñez, o prestando sus servicios en primera línea, como Sofía Gómez, egresada de Enfermería de la USJ que lleva 8 meses trabajando en Urgencias del Hospital Miguel Servet. “Aunque existen momentos de tensión, afrontamos la situación con positividad, sin bajar la guardia y remando juntos en la misma dirección. El compañerismo en este servicio es extraordinario y cuento con unos compañeros que son un orgullo como profesionales y como personas”, afirma.

Jhon Maicas, antiguo alumno de Enfermería de la USJ, presta servicio en la Residencia Miralbueno, habilitada para pacientes geriátricos con síntomas de COVID19 leves. Refleja fuerza y entusiasmo y asegura ir a trabajar “con muchas ganas de ayudar y cuidar” a los pacientes. “Para mí la enfermería es cuidar, acompañar y ayudar al paciente las 24 horas del día y, lamentablemente, en estos momentos en el que no pueden ver a sus familiares, nuestra figura es más importante para brindar ese apoyo”, argumenta Jhon.

Los tres enfermeros coinciden en su petición a la sociedad: “quedaos en casa”, piden. “Tenemos la posibilidad de transformar una emergencia sanitaria en una carrera de solidaridad, debemos demostrar que somos capaces de hacerlo”, razona Sofía Gómez. Su compañera añade que “valoren de corazón los sanitarios y fuerzas y cuerpos de seguridad del estado” con los que cuenta el país. “Y a los transportistas, empresas de alimentación, limpieza, mantenimiento y todos aquellos que están haciendo un gran esfuerzo personal y colectivo para salir de esto”, agrega la primera.

 VIVIR EL VIRUS FUERA DE ESPAÑA

La situación de confinamiento sorprendió a Pablo Porroche, estudiante de Enfermería de la USJ, realizando sus prácticas en la residencia Brentwood Manor Private Nursing Home de Convoy, Condado de Donegal (Irlanda).

“Aunque no estamos en cuarentena como en España, se llevan tomando medidas desde hace ya dos semanas, como cerrar los negocios que no son esenciales, viajar lo más mínimo, limitar las visitas de los familiares, monitorizar la temperatura de los residentes y aumentar los lavados de manos”, explica.

Para Pablo, la empatía y la escucha activa son dos de las cualidades más importantes que debe tener un enfermero.

“Somos los que más tiempo pasamos con los pacientes y tenemos que ser su apoyo día a día. Nunca había trabajado en una residencia y me pareció un sitio ideal para desarrollar estas características, que no son puramente técnicas de enfermería”, explica.

Al trabajar con un grupo de riesgo, Pablo afirma que lo que más le inquieta es infectarse y poner en peligro a sus compañeros de trabajo y usuarios de la residencia. Por ello sigue las medidas de prevención estipuladas y anima a ayudarse mutuamente “en todo lo que se pueda, para que se acabe cuanto antes”.

LA LUZ EN LA OSCURIDAD

A pesar de la presión a la que están expuestos, los enfermeros siguen viendo un punto de luz en esta crisis: “la solidaridad que están mostrando la sociedad”, declara Jhon; “el lado más luminoso de las personas y cómo las buenas historias son contagiosas y se abren paso entre las malas noticias”, añade Sofía Gómez. Su compañera Sofía Ibáñez destaca cómo el virus está provocando que todo el mundo valore “lo realmente bueno de la vida, los pequeños detalles cotidianos, al margen de la tecnología y el consumismo, que quizás antes no eran valorados” como ser merecía.

“Si después de esta pandemia somos mejores personas, entonces habremos aprendido el significado de la vida”, concluye Sofía Gómez.

Sofía Gómez Moreno, enfermera en Urgencias del Hospital Universitario Miguel Servet.

¿Qué labores realizas actualmente?

 Las labores que realizo actualmente son las mismas que se han llevado realizando hasta entonces, con la novedad de que ahora la redistribución de los pacientes ha cambiado a como se hacía con anterioridad y se trabaja (más si cabe) en equipo, reforzando aquellas áreas en las que la carga asistencial es mayor, extremando las precauciones y llevando con nosotras el tan famoso EPI (Equipo de protección individual).

¿Cómo estás viviendo la situación de pandemia provocada por el COVID-19?

 Es obvio que esta situación no solo nos está afectando físicamente, sino también emocionalmente, puesto que cada vez es mayor el número de afectados por COVID-19. En el Servicio de Urgencias vemos como cada día hay un número mayor de compañeros afectados, pero, pese a ello, se refleja una actitud de compromiso y una calidad humana ejemplar.

Aunque bien es cierto que existen momentos de tensión y agobio, afrontamos la situación con positividad, sin bajar la guardia y remando todos juntos en la misma dirección. Puedo afirmar que el compañerismo en este servicio es extraordinario y que cuento con unos compañeros que son un orgullo como profesionales y como personas

¿Qué es lo que más respeto te da?

 El COVID-19 es un problema serio y con consecuencias graves para los pacientes que son afectados pulmonarmente, especialmente en aquellos con situaciones o riesgos añadidos. Por tanto, lo que más respeto me da es que si no atacamos esta pandemia con rapidez y agresividad, puede ser capaz de colapsar el sistema sanitario, y no quiero imaginarme todo lo que ello conllevaría… 

Esto es nuevo para todos y, por tanto, los sanitarios tratamos de ir adaptándonos a las nuevas circunstancias y reinventarnos día tras día, a través de un aprendizaje ensayo-error, velando tanto por la seguridad del paciente como por la nuestra propia. 

¿Qué le pedirías a la sociedad? ¿Qué podemos hacer para ayuda?

 A toda la sociedad le pediría que contribuyeran a parar la curva, puesto que depende de todos. Parece que todavía hay personas que se niegan a entender que, aunque este virus no suponga un riesgo individual ni para ellos ni para la mayoría, sí es un riesgo poblacional y un riesgo real para personas vulnerables.

Por ello, únicamente pido a la población que se queden en sus casas y que no salgan de ellas si no es estrictamente necesario. Que lo hagan por ellos mismos, por su familia, por sus amigos, por la gente que no conocen pero que no tiene la posibilidad de hacerlo… Tenemos la posibilidad de transformar una emergencia sanitaria en una carrera de solidaridad, debemos demostrar que somos capaces de hacerlo.

 ¿Ves alguna parte positiva a esta situación?

 Sí, por supuesto que la tiene. Siempre hay que buscar la parte positiva a todas las cosas, porque todas la tienen. Esta pandemia nos ha dejado ver el lado más luminoso de las personas y nos recuerda que las buenas historias también son contagiosas y se abren paso entre las malas noticias. 

Nunca imaginé tener que hacer frente a una situación similar, pero me emociona ver cómo la gran mayoría de la gente se ha volcado desde el minuto uno. Empresas han entregado comida de manera gratuita en los hospitales, así como material sanitario, la gente en sus casas se ha puesto a idear y fabricar métodos rudimentarios ante la falta de material, tales como pantallas de protección, mascarillas de tela, etc.

Desde aquí, aprovecho para dar mi más sincero reconocimiento a mis compañeros sanitarios, pero también a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, transportistas, empresas de alimentación, limpieza, mantenimiento, y todos aquellos que están haciendo un gran esfuerzo personal y colectivo para salir de esto. 

Lo que sí que está claro es que ahora vamos a valorar verdaderamente lo que es poder salir a la calle a pasear y mirar a la gente pasar como si nada sentados en un banco, hacer deporte al aire libre, ir a un concierto, tomarnos un café o una caña en una terraza al solecito con nuestros amigos y familia…

Si después de esta pandemia somos mejores personas, entonces habremos aprendido el significado de la vida.

 Y, quién sabe, quizá después de todo esto los pacientes se unen a nuestra causa, para exigir conjuntamente que nuestros contratos no sean de días y en servicios diferentes, para que nuestras bolsas de trabajo no tengan que esperar años en actualizarse y abrirse, para que la administración sustituya las bajas y permisos y no sobrecarguen así al resto de compañeros del servicio, para que la ratio enfermera/paciente no sea uno de los peores de Europa, etc.

¿La pandemia del COVID-19 ha cambiado tu manera de pensar de alguna manera?

Sí. En un abrir y cerrar de ojos todo puede cambiar; ya lo hemos visto. Nos limitan salir a la calle, la histeria social se desata y agotamos los supermercados, los hospitales se saturan…

 En un mundo en el que las redes sociales nos dan una falsa ilusión de cercanía, llega este virus para quitarnos la verdadera cercanía y contacto real y brindarnos la oportunidad de parar para volver a darle sentido a las pequeñas cosas, para las que antes no teníamos tiempo suficiente.  

Este virus nos ha abofeteado con una dosis de realidad, y nos ha hecho darnos cuenta de que lo importante y lo que verdaderamente nos hace felices ya lo tenemos, que el ser humano es frágil y que para salir de todo esto, debemos permanecer unidos y cuidarnos como humanidad. 

¿Por qué decidiste ser enfermera?

 Siempre hemos escuchado que las profesiones relacionadas con el área de la salud tienen un componente muy vocacional y creo firmemente que es cierto, puesto que no todo el mundo tiene la capacidad y fuerza necesarias para enfrentarse a diversas situaciones que ocurren en nuestro día a día.

 Lo cierto es que desde pequeña he sentido la atracción por la enfermería, pero fue una situación grave en mi vida la que marcó un antes y un después en mí e hizo darme cuenta de que yo quería cuidar y ofrecer el mismo cariño a las personas de la manera en que una vez, cuando yo lo necesité, me habían cuidado y ofrecido su cariño a mis padres y a mí.

 La enfermería es un gesto de humanidad y, a mi parecer, es la profesión más humana que existe. De verdad, considero que la enfermería me ha enseñado a ser mejor persona. Cada día me siento más orgullosa de mi profesión y, sobre todo, de las personas que forman parte de ella y, por tanto, ya de mí. 

“Elije un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ningún día de tu vida”, dicen. Yo me siento una afortunada por ello.

¿Qué cualidades debe tener un buen enfermero, según tu opinión?

 Para mí, las dos cualidades que debe de tener un buen enfermero son:

1) que sea una persona resolutiva; puesto que, aunque tener la capacidad de actuar y resolver los problemas a los que nos enfrentamos con rapidez y seguridad es una tarea ardua, es de importancia vital, sobre todo en un servicio como son las urgencias, y

2) que tenga empatía y un gran corazón; de manera que sepa respetar y ofrecer lo mejor de uno mismo, atendiendo siempre las necesidades de cada persona, mostrando respeto y cariño y poniéndose en su lugar.

Jhon Alexander Maicas Valencia, enfermero en la Residencia Miralbueno.

¿Qué labores realizas actualmente?

Actualmente estoy en una residencia en Miralbueno que ha sido habilitada por el SALUD para llevar pacientes geriátricos con síntomas de COVID19 leves de otras residencias.

Mi labor es realizar las funciones de enfermero asistencial, pero de una forma mucho más conjunta con los otros profesionales, ya sean auxiliares de enfermería o médicos. Las funciones son, por ejemplo, tomar constantes, preparar y dar la medicación crónica de los pacientes o medicación puntual que necesiten por su actual patología aguda, ayudar y supervisar la retirada del EPI de los demás compañeros, etc.

¿Cómo estás viviendo la situación de pandemia provocada por el COVID-19?

La verdad es que antes de empezar a trabajar otra vez, estaba en casa cumpliendo con las medidas de confinamiento e intentaba seguir una rutina diaria para llevar esta situación de la mejor manera posible, pero sobretodo estaba con muchas ganas de volver a trabajar y poder ayudar a mis compañeros y a toda esa gente que lo necesita y lo está pasando tan mal. Porque para mí la enfermería es cuidar, acompañar y ayudar al paciente las 24 horas del día y, lamentablemente, en estos momentos en el que no pueden ver prácticamente nada a sus familiares, nuestra figura es, si cabe, más importante aún para poder brindar ese apoyo que necesitan esas personas que lo están pasando tan mal.

Y, por supuesto, echando mucho de menos a mis seres queridos porque, aunque podamos estar en contacto gracias a la tecnología actual, desearía poder darles un abrazo y un beso.

Por último y no menos importante, me gustaría decir que los profesionales sanitarios estamos trabajando con el material muy limitado y muchas veces inadecuado, por lo que estamos expuestos en una mayor medida a contagiarnos. Si esto ocurre, y tenemos que causar baja durante un tiempo, nuestros compañeros tendrán que soportar una mayor carga de trabajo. Pese a todo esto, nosotros seguiremos dándolo todo por nuestros pacientes, ya que ellos son lo más importante para nosotros.

¿Qué es lo que más respeto te da?

Lo que más respeto me da es poder contagiar a mi familia y ponerlos en peligro porque, sinceramente, por lo demás, no tengo ningún miedo: voy a mi trabajo con muchas ganas de ayudar y cuidar de mis pacientes lo mejor posible porque al final ellos son el fin de mi profesión, eso sí, siempre tomando las medidas necesarias para poder seguir realizando mi labor.

¿Qué le pedirías a la sociedad? ¿Qué podemos hacer para ayudaros?

Yo le pediría a la sociedad que siga cumpliendo las medidas decretadas por el Gobierno y que se queden en casa, porque esa es la mayor ayuda que nos pueden proporcionar. Sé que es complicado, pero de verdad es la única forma de poder disminuir y paralizar los contagios y que no lleguemos al extremo de colapsar nuestro sistema sanitario.

Los profesionales sanitarios, fuerzas y cuerpos de seguridad del estado, trabajadores de primera necesidad, etc. ya salimos a la calle para poder realizar nuestro trabajo y luchar contra esta pandemia, pero nosotros solos no podemos. Por eso necesitamos que cada ciudadano sea responsable y consciente de que quedarse en casa es la mayor ayuda que nos pueden dar, porque esto lo pararemos todos juntos.

¿Ves alguna parte positiva a esta situación?

La verdad que en una situación así es difícil ver algo positivo, pero sí que quiero destacar la solidaridad que están mostrando las personas unas con otras, pero ojalá no tuviéramos que pasar por una situación así para sacar nuestro lado más solidario.

¿Por qué decidiste ser enfermero/a?

Porque siempre me ha gustado ayudar a las personas y qué mejor manera de ayudar que poder cuidarles y apoyarles en un momento determinado de su vida que lo están pasando mal, es decir, ayudarles a mejorar su calidad de vida. No hay nada más gratificante que una sonrisa o una palabra de agradecimiento por parte de los pacientes o de sus familiares. Eso me llena el alma y me da más fuerza para seguir ayudando a todas esas personas que lo necesitan.

¿Qué cualidades debe tener un buen enfermero, según tu opinión?

Para mí, un buen enfermero debe tener empatía, ya que es muy importante saber ponerte en el lugar del paciente y entender la situación que está sufriendo. También pienso que debe ser responsable, porque nosotros trabajamos con la salud de las personas y cada decisión que tomemos va a repercutir en su salud. Por otro lado, tener una estabilidad emocional, es decir, saber controlar tus emociones en la mayor medida de lo posible. Un buen enfermero también debe ser resolutivo, ya que en cualquier momento puede pasar algo y complicarse la situación de un paciente, y debes poder actuar de una manera rápida y segura. Por último, tener habilidades comunicativas para poder hablar de una manera clara con los pacientes y familiares, lo que les dará una mayor tranquilidad.

Sofía Ibáñez Miranda, enfermera en el Centro Coordinador de Urgencias.

¿Qué labores realizas actualmente?

Me llamaron para cubrir un puesto de recogida de muestras, pero la situación se hizo mucho más exigente de un día para otro y me reubicaron para cubrir otro tipo de necesidades en el Centro Coordinador de Urgencias (CCU). Necesitaban a mucha más gente para atender un número nuevo de teléfono enfocado al coronavirus y así no colapsar la línea del 061.

Hoy, estoy en el CCU detrás del teléfono de información sobre el coronavirus en Aragón, resolviendo dudas y haciendo triaje de pacientes según los criterios que Salud Publica define. Determinamos si las personas pueden ser casos posibles de padecer coronavirus según la sintomatología que presentan o según hayan tenido contacto estrecho con otros casos o posibles casos.

¿Cómo estás viviendo la situación de pandemia provocada por el COVID-19?

Estoy viviendo una situación que jamás me habría planteado vivir. Es muy exigente, novedosa y llena de incertidumbre… pero reconozco que tengo mucho ánimo y ganas para servir en lo que haga falta.

¿Qué es lo que más respeto te da?

Afirmo que me da respeto, me impresiona la magnitud del problema y que haya personas que no estén pudiendo despedirse dignamente de sus familiares.

¿Qué le pedirías a la sociedad? ¿Qué podemos hacer para ayudar?

A la sociedad simplemente les pido que cumplan con las pautas de confinamiento y medidas higiénicas que proponemos. Y también que valoren de corazón lo que es tener unos sanitarios y unas fuerzas y cuerpos de seguridad del estado como los que tenemos en este país.

¿Ves alguna parte positiva a esta situación? ¿La pandemia del COVID-19 ha cambiado tu manera de pensar de alguna manera?

Por supuesto veo algo de positividad en esta situación. Creo que nos está uniendo, aunque irónicamente estemos más separados que nunca. También nos está haciendo agradecer lo realmente bueno de la vida, esos pequeños detalles cotidianos, fuera de la tecnología y el consumismo, que quizás antes no valorábamos como se merecían.

¿Por qué decidiste ser enfermera?

Decidí ser enfermera porque desde pequeña me ha llamado mucho la atención la asistencia al herido o al enfermo… Nadie en mi familia se dedicaba a esto, pero yo no me podía quedar sin vivirlo y sin descubrir las sensaciones de esta profesión.

¿Qué cualidades debe tener un buen enfermero, según tu opinión?

Más que qué cualidades debe tener, son qué valores no le pueden faltar. Constancia, entrega incondicional, humildad, paciencia y compañerismo. Las cualidades se desarrollan si lo anterior acompaña.

Pablo Porroche Borruel, enfermero en prácticas en la residencia Brentwood Manor Private Nursing Home en Convoy, Condado de Donegal (Irlanda).

¿Qué labores realizas actualmente?

Actualmente las labores de Enfermería son preparar y administrar la medicación correspondiente, cura de heridas y monitorización y control de los residentes que padecen de hipertensión y diabetes. También se ayuda a las auxiliares de enfermería con las comidas, dando de comer a los residentes y con los aseos pertinentes.

¿Cómo estáis viviendo en Irlanda la situación de pandemia provocada por el COVID-19?

Con miedo, un poco como todo el mundo, pero, sobre todo, por estar trabajando en una residencia, ya que, al ser la gente mayor un grupo de riesgo les afectaría notablemente. Aunque no estamos en cuarentena como en España, se llevan tomando medidas desde hace ya dos semanas, como cerrar los negocios que no son esenciales, viajar lo más mínimo, limitar las visitas de los familiares, monitorizar la temperatura de los residentes y aumentar los lavados de manos.

¿Cómo ves la situación en España?

La verdad es que se ve bastante mal, por lo que cuentan mis familiares, amigos y por lo que se ve en redes sociales, ya que el número de infectados sigue aumentando.

¿Qué es lo que más respeto te da?

Sin duda infectarme y poner en peligro a mis compañeros de trabajo y usuarios de la residencia.

¿Qué le pedirías a la sociedad? ¿Qué podemos hacer para ayudar?

Ser responsables con las medidas que se están tomando y hacer caso a las autoridades. Ahora lo importante es ayudarnos entre nosotros en todo lo que podamos, para que se acabe todo esto cuanto antes.

¿Ves alguna parte positiva a esta situación?

Principalmente, aprender de nuestros errores por si ocurre algo parecido en un futuro.

¿La pandemia del COVID-19 ha cambiado tu manera de pensar de alguna manera?

Un poco. No hay que subestimar un virus de este tipo, ya que puede ocurrir lo que está ocurriendo ahora mismo.

 

 

 

¿Por qué decidiste ser enfermero?

La verdad es que mi primera idea era la Fisioterapia, pero no obtuve plaza. En la USJ me explicaron que podía hacer Enfermería e intentar cambiarme al siguiente año, ya que ambos grados compartían muchas asignaturas en primer curso. Sin embargo, poco a poco me fue gustando más y más la Enfermería hasta que decidí que iba a ser mi futuro trabajo.

¿Qué cualidades debe tener un buen enfermero, según tu opinión?

A parte de conocer las técnicas y saber hacerlas correctamente, la empatía y la escucha activa son muy importantes en nuestro trabajo, porque somos los que más tiempo pasamos con los pacientes y tenemos que ser su apoyo día a día.

¿Por qué decidiste irte a Irlanda?

Estuve ahí hace 7 años y es un país que me gustó mucho. La gente es muy acogedora y simpática y me prometí que volvería y qué mejor oportunidad que haciendo lo que más me gusta.

¿Por qué elegiste realizar las prácticas en una residencia?

Nunca antes había estado en una residencia y me pareció un sitio ideal para desarrollar lo que no son las técnicas de enfermería y mejorar mi nivel de inglés.

¿Te gustaría volver a España?

Sí, sin duda, estoy deseando que acabe todo para volver a casa, ver a mi familia y graduarme. Después ya pensaré si decido volver a Irlanda a trabajar o simplemente a visitarlo de nuevo, porque volver, seguro que volveré.