Laura Uranga, egresada de Comunicación Audiovisual de la Universidad San Jorge, ganó el Premio Ortega y Gasset de Periodismo por su trabajo en la sección “Aragón, pueblo a pueblo” de Heraldo de Aragón.

¿Cómo recibisteis la noticia de que habíais sido ganadores?

Ni nosotros ni Heraldo nos presentamos al premio, así que cuando recibimos el anuncio, Pablo y yo no nos lo creíamos. Nunca nos imaginamos que podríamos ganar el premio Ortega y Gasset. Nos ha costado creérnoslo.

¿Qué sentiste al conocer la noticia?

Como fue algo tan repentino, me costó asimilarlo. Es una satisfacción tremenda. ‘Aragón, pueblo a pueblo’ es un proyecto muy bonito, pero también es muy exigente porque su publicación es diaria, viajamos cuatro días a la semana, hacemos noches fuera y Aragón es una comunidad maravillosa pero muy extensa y con una climatología muy extrema. Así que es muy reconfortante que se reconozca tu trabajo y el esfuerzo que conlleva y ganando un Ortega y Gasset todavía es más increíble. Además, para nosotros también se reconoce a los pueblos de Aragón y a sus gentes, y eso es muy bonito.

¿Qué supone este premio?

Es un reconocimiento al trabajo realizado y al trabajo bien hecho. Pablo siempre me lo ha puesto muy fácil. Conseguimos hacer el proyecto nuestro y eso se ha visto reflejado en el resultado. Además, ganar este premio, ha logrado que, durante unos días, aunque sea de manera puntual, se hable de Aragón y de sus pueblos. Ya no solo en España, también en países de Latinoamérica. Saber que es gracias a un proyecto en el que participas y al que has dedicado tantas horas, resulta muy gratificante.

¿A quién te gustaría dedicárselo?

A mi familia, sin duda. Y también a mi compañero, Pablo Ferrer, porque con él he crecido profesional y personalmente en estos años.

¿En qué consistió “Aragón, pueblo a pueblo”?

Recorrimos todos los municipios de Aragón para hacer una doble página diaria que mostraba la localidad y sus habitantes. Comenzamos el 1 de agosto 2017 en Calamocha y terminamos el 18 de julio de 2019 con Zaragoza capital.

¿Qué intentabas mostrar con tus fotografías?

Traté de mostrar que los pueblos siguen vivos y quise reflejar la vida que todavía queda. Hemos visto la despoblación y los problemas que genera en prácticamente todos los sitios a los que hemos ido. La gente te cuenta los problemas que les genera, pero también ves su afán de superación, de luchar y permanecer allí porque es lo que realmente quieren.

¿Cómo te ayudó tu formación en la USJ a desarrollar tu trabajado como fotógrafa?

Para cualquier profesional, los años formativos son fundamentales. A la USJ le debo grandes recuerdos y muchas enseñanzas, tanto académicas como vitales, desde las aulas a las charlas en la cafetería sobre cómo sería nuestro futuro.