El camino en el mundo creativo de Guillermo Viñuales, egresado de Publicidad y Relaciones Públicas, parecía estar escrito desde que dio sus primeros pasos. Ya de pequeño grababa películas con su cámara de Súper 8 y creaba stop-motions con muñecos Playmobil. La creatividad formaba parte de él, así que no resultó extraño que, cuando tuvo que elegir hacia dónde dirigir su carrera profesional, tomara el camino de la Publicidad.

“Para mí, en publicidad tienes un lienzo en blanco donde dar rienda suelta a la creatividad y donde poner en valor tus pensamientos e ideas para crear algo desde cero”, explica. Y fue precisamente ese ímpetu por aportar su manera de ser, pensar y trabajar lo que le llevó a emprender.

Pero antes, siguió estudiando, trabajó en varias empresas e hizo un viaje que le empujó a tomar la decisión. Realizó prácticas en General Motors, lo que le permitió ver el funcionamiento de una gran empresa, y trabajó en varias agencias y entidades, como K-Tuin. Al mismo tiempo, se especializó estudiando un posgrado y un máster en marketing digital y posicionamiento SEO. Tenía formación y podría haber continuado su camino profesional en el mundo del marketing, pero decidió parar, dejarlo todo y dedicar un año a viajar y vivir en Australia.

“Al final ese viaje fue lo que me lanzó”, afirma. “Al volver y ver cómo estaba el mercado laboral, me desencanté y decidí montar mi propia agencia, Marketing Digital ZGZ, para desarrollar mi propio modelo de negocio”, recuerda. Aunque no fue un salto al vacío. “Fue poner un pie en otro barco y cuando ese barco estaba más o menos estable, quitar el pie del primero”, explica.

Y es que, en esa búsqueda por hacerlo a su manera, Guillermo iba investigando otras fuentes de ingreso al mismo tiempo que trabajaba en otras empresas. “Llegué a sacarme más de un sueldo con otros proyectos. Entonces, empecé a tener clientes que me pedían que les hiciera una web o que querían algún vídeo tras haber visto otros que hacía”, relata. Así, la transición fue “bastante natural”.

Aunque comenzó él solo, ahora trabaja con un equipo de profesionales dedicados a distintas áreas: SEO, redacción de contenidos, audiovisual, etc. Están especializados en tres áreas: diseño de páginas web, tanto informativas como transaccionales – como los e-commerce -, posicionamiento SEO y sector audiovisual. Han realizado desde pequeños documentales y vídeos corporativos, hasta contenido para redes sociales o videoclips.

Se enfocan en las pequeñas y medianas empresas. Y están orgullosos de ello. “Para mí, los proyectos con este tipo de empresas son más satisfactorios. Poder dar voz y ayudar a crecer a pequeños proyectos de emprendedores me parece más gratificante que hacer una campaña para una gran empresa que, al final, es una campaña más”, opina Guillermo.

Y, de hecho, es allí donde quieren quedarse. “Me gustaría seguir creciendo, pero no querría dejar estos pequeños proyectos. No me gustaría perder los orígenes”, asegura. Por ejemplo, explica que este verano van a realizar un proyecto audiovisual sobre ternera del Pirineo que los llevará al Valle de Benasque. “Tendremos que ir allí, al puerto donde los animales pasan el verano, dormir en una tienda de campaña y pasar la noche en el valle”, explica. “Y esto es lo que no quiero perder. Realmente quiero hacer el proyecto, estar allí y disfrutarlo. Sin embargo, si eres un CEO con 40 empleados, posiblemente, no vas a poder hacerlo”, agrega.

Pero trabajar con pequeñas y medianas empresas no significa no llegar lejos. Su dedicación le ha hecho conseguir clientes de países como Noruega, donde ha tenido la oportunidad de grabar material audiovisual y encargarse de acciones de marketing de clientes de la ciudad de  Tromsø.

En este camino del emprendimiento, para Guillermo, la ausencia de límites se ha convertido al mismo tiempo en lo mejor y lo peor de la experiencia. “Por un lado, no tienes techo. Depende de ti hasta dónde quieras trabajar para ganar más dinero; o los días libres que te quieras coger para tener más tiempo libre. Pero, por otro lado, tampoco hay suelo. Así como al trabajar en una empresa, tienes asegurado el sueldo a final de mes, al emprender, si no llegan clientes, quizás tienes que cerrar el proyecto”, razona.

Aun así, anima a todo aquel que quiera emprender a que lo haga y no se quede con la duda. “Obviamente, no todo el mundo va a conseguirlo, pero es que tampoco hay nada malo en que no salgan las cosas exactamente como uno cree”, reflexiona. Para él, hay que querer hacerlo, ponerle pasión, ganas y confianza. “Emprendiendo he aprendido que todos tenemos capacidad de hacer lo que realmente queremos si lo queremos lo suficiente”, asegura.

Pero, sobre todo, para Guillermo, lo más importante es ser honesto e íntegro. “Ante todo, hay que ser buena persona.  Lo bonito de que salga adelante tu proyecto es tener la satisfacción de que lo has hecho jugando las reglas del juego y sin hacer trampas. Si haces tu camino bien, te da igual lo que hagan los demás… Hazlo tú, por ti y para ti”, sentencia.

Guillermo Viñuales, grabando en la isla de Senja (Noruega).