El Grupo de Investigación Comunicación, Periodismo, Política y Ciudadanía de la Universidad San Jorge y la Asociación de Comunicación Política (ACOP) celebraron ayer la videoconferencia “Liderazgo resiliente” con Antonio Sola, presidente de la Fundación Liderar con Sentido Común y uno de los consultores políticos más reputados del mundo, que ha participado en mas de 450 campañas electorales en 25 países.

Cristina Zurutuza, investigadora principal del grupo de investigación, y Verónica Crespo, delegada de ACOP en Aragón, conversaron con Antonio Sola sobre qué ocurrirá en la sociedad y la política tras la crisis del COVID-19, cómo evolucionará la figura de los líderes y qué cambios vivirá la sociedad.

Ante esta situación, el experto lanzó un mensaje de esperanza al afirmar que “se va a salir de esta crisis antes de lo esperado”, aunque avisó de que “habrá consecuencias” que requerirán “un nuevo tipo de liderazgo”, ya que los líderes actuales no han sabido gestionar correctamente la crisis. Entre los errores cometidos, Antonio Sola enumeró que “han mentido a los ciudadanos”, “les han subestimado”, “han aletargado la toma de decisiones” y, una vez tomadas, “han buscado la rentabilidad política”.

Además, puso en relieve que los cinco países que mejor han gestionado esta situación crítica están gobernados por mujeres. “Actualmente necesitamos un liderazgo resiliente y las mujeres tienen mejor capacidad de resiliencia”, afirmó.

Así pues, para Antonio Sola, el líder resiliente es aquel que tiene la capacidad de ponerse “al frente de las personas”, “sabe mitigar el dolor” y “es capaz de ayudar a la sociedad a conquistar metas y objetivos que de manera individual no podrían alcanzar”.

El consultor político añadió que estos líderes resilientes tendrán que hacer frente a un nuevo mundo marcado por cuatro características principales. En primer lugar, deberán discutir qué tipo de cambios se van a adoptar y cómo se asimilarán. “La pregunta ya no es si se van a producir cambios, porque sabemos que ocurrirán”, aseguró. “Sino, qué cambios serán y cómo vamos a gestionarlos”, añadió.

En segundo lugar, explicó que “la democracia actual está obsoleta” y “tendrá que evolucionar”, por lo que se tendrá que debatir “qué nueva democracia se va a adoptar”. En tercer lugar, afirmó que las sociedades necesitan “líderes resilientes que instalen gobiernos altruistas, solidarios y cooperativos”, que tengan «valores e ideas” y “capacidad de persuasión y comunicación”.

Por último, defendió la creación de mesas de diálogo formadas por personas de diferentes generaciones, con especial atención a las generaciones más jóvenes. “Un estudio reciente descubrió un nuevo nivel cerebral que hace mejores y más capaces a los seres humanos, que se encuentra más potenciado en los más pequeños y que cambia la manera en la que ven el mundo”. Estas generaciones, además, son “más cooperativas, altruistas y solidarias”. Así pues, se hacen necesarios gobiernos con estas características, porque “serán los más jóvenes quienes hereden los problemas del mundo actual que no se supieron solucionar”.

Finalmente, Antonio Sola concluyó que el mundo deberá hacer un ejercicio “de comprensión y no tanto de evolución” y determinó que “a medio y largo plazo se deberán adoptar cambios revolucionarios”.